Austero, no sé; tacaño, sin duda

Christian Ramirez
Christian Ramirez 22/12/2022
Updated 2022/12/22 at 7:55 PM

VERÓNICA MALO GUZMÁN

“Si sale cara, gano yo, y si sale cruz, pierdes tú.”

REFRÁN

La Cruz Roja Mexicana

¿Soy solo yo o alguien más cree que López Obrador es un tacaño (a modo de sustantivo) con su mísero donativo hecho a la Cruz Roja?

En la mañanera de ayer, López Obrador aportó $1,700 pesos para la colecta anual de la Cruz Roja. A cambio, de forma simbólica recibió la muy conocida calcomanía. Si bien, en realidad, como todos nosotros, ha recibido mucho, mucho más.

Y es que no pocas veces la Cruz Roja es la primera en llegar al lugar donde se presenta una urgencia, así como en participar en situaciones de emergencia. Sean desastres naturales o tragedias —como la ocurrida hace ya casi cuatro años en Hidalgo— se puede contar con sus ambulancias. Esto es, la Cruz Roja, dadas las circunstancias en que se encuentra la salud pública en nuestro país, se vuelve un organismo cuyas acciones son necesarias y fundamentales en diversos sentidos.

Sin adjetivos

Así que, cara y cruz de una persona —me refiero a López Obrador— que, recibiendo casi 100,000 pesos de aguinaldo, solo puede donar el 1.7% del mismo a una institución que realiza parte del trabajo que debería llevar a cabo el gobierno mexicano.

O tal vez soy yo la que está equivocada y el tabasqueño no es un tacaño. Y es que, cuando ha vivido toda su vida producto de los 200 pesos que trae en la bolsa, mil setecientos pesos le han de significar una fortuna…

Sin embargo, si pensamos en los sobres amarillos y cómo se maneja con el efectivo, especialmente como Rey del Cash, bien haría en dirigir algunos sobre amarillos a la Cruz Roja donde serían bien empleados.

Sí, el óbolo de López Obrador es la cara y cruz de una misma moneda. Es un tacaño al donar tan poco a una de las instituciones más nobles y necesarias en nuestro país. Es un miserable al no permitir que las instituciones de la salud pública den mejor servicio. Nótese que tanto tacaño como miserable no son adjetivos; los empleo a modo de sustantivo pues tristemente eso es el primer mandatario de la nación. Pero, ¿qué se puede esperar de esta administración federal cuando hasta los doctores de Pemex les rasuran el aguinaldo?

¿Y lo prometido?

Teniendo la oportunidad de haber logrado un sistema de salud pública como el de Dinamarca, lo único que ha logrado es uno cada vez más deficiente; raquítico en atención y ausente en absorber tratamientos onerosos para la población.

Ante la terrible perspectiva de los miles de mexicanos que no tienen forma de pagar un hospital privado, pero tampoco son atendidos adecuada y prontamente en los servicios de la salud pública, la Cruz Roja se convierte a veces en la única opción, ofreciendo traslados, estancia y operaciones. Es una institución privada que cobra sí, pero a unos precios bajísimos, la mayor parte de la veces solo de manera simbólica. Vaya, aunque la persona no tenga capacidad de pago, es atendida.

López Obrador tuvo —aún tiene— la posibilidad de unir fuerzas con las Organizaciones de la Sociedad Civil. Mas sabemos que no le gusta compartir con nadie la fama efímera de la mañanera; el único que puede dar o regalar es él o su gobierno.

Un llamado

Doblemente insuficiente, entonces, su llamado a que todos los mexicanos participemos, ayudemos, “porque se trata de que nos atiendan en emergencias, que nos cuiden, que exista este servicio humanitario que se sostiene con la cooperación y apoyo de todos los ciudadanos”…

¡Por supuesto que la Cruz Roja requiere el donativo de todos nosotros!, máxime cuando hoy en día resulta tan difícil conseguir donativos (la situación económica como por lo poco que permite el SAT deducir a los contribuyentes no ayudan). El apoyo que pide López Obrador por parte de la población es necesario; sostén que por más de 100 años de vida en nuestro país, la Cruz Roja ha recibido y multiplicado en hospitales, quirófanos equipados y un sistema de atención de urgencias y transporte difícil de igualar.

Pero es que la mal entendida y peor practicada austeridad ha orillado al sistema público de salud a una situación crítica para la población en general. Y es que al final no importa que sea tacaño con la Cruz Roja. Lo realmente destacable (para mal) es el limitar la salud para millones de personas cuando el presupuesto debería ser para su atención y no para elefantes blancos.

“A cara o cruz”, el donativo de López Obrador muestra las dos caras de una misma moneda: un tacaño cuando se trata de su dinero; un miserable cuando se trata de dilapidar el dinero del Estado.

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