El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, no renuncia a Bajmut, donde sus tropas resisten a duras penas los embates de los mercenarios rusos de Wagner, batalla de la que depende tanto el inicio como el éxito de la contraofensiva ucraniana. “No podemos renunciar a Bajmut, ya que esto contribuiría a ampliar el frente y permitiría a las tropas rusas y a los Wagner capturar más territorios”, dijo Zelenski al canal Al-Arabiya.
Las unidades de asalto de Wagner han tomado en los últimos días una veintena de manzanas en la urbe, aunque a costa de un gran número de bajas, según Kiev. Pese a la insistencia de sus asesores militares estadounidenses sobre la escasa importancia estratégica de dicho bastión, Zelenski insiste en resistir. “Si Rusia toma Bajmut, esto puede convertirse en un trampolín para el avance hacia dos ciudades aún más grandes en la región de Donetsk: Kramatorsk y Sloviansk”, comentó.
Reconoció que la situación en varios sectores del frente es complicada, pero que Ucrania “es más fuerte que hace un año”. Zelenski subrayó que el escándalo con la filtración de documentos no ha repercutido en los preparativos de la contraofensiva por parte del ejército ucraniano y destacó la fe de los ucranianos en que “cada día nos acercamos a la victoria”.
Consideró que cuando los aliados echan una mano a Kiev, en realidad, se están ayudando a sí mismos. “La verdad radica en que Rusia no se detendrá en Ucrania y eso lo tienen claro todos”, dijo.
Mientras, el jefe de Wagner, Yevgueni Prigozhin, aseguró que después de casi nueve meses de combates las fuerzas ucranianas controlan en Bajmut una superficie de no más de “un kilómetro por dos”. “Nuestra tarea radica en moler al Ejército ucraniano, no darles la oportunidad de prepararse para la contraofensiva. Lo hacemos con mucho éxito”, indicó.