Por Ángel Castillo
Durango, Dgo.
La comunidad ciclista de Durango vivió un momento especial y emotivo este miércoles, con la celebración de la bendición de cascos para los participantes del Reto 320. Esta ceremonia religiosa, que se ha convertido en una tradición para los ciclistas locales, se llevó a cabo en el Templo de Fátima, uniendo deporte y fe en un acto lleno de significado.
Un Acto de Fe y Preparación Espiritual
A medida que se acerca la fecha del desafiante Reto 320, una prueba ciclista que lleva a los participantes a recorrer 320 kilómetros desde Durango hasta Mazatlán en un solo día, los ciclistas buscaron fortaleza y protección a través de la bendición de sus cascos. Esta ceremonia no solo es una preparación física y técnica, sino también espiritual, que busca brindar paz y seguridad a los participantes mientras se enfrentan a este arduo desafío.
Durante la ceremonia, los ciclistas se reunieron en el Templo de Fátima, conocido por su atmósfera tranquila y su arquitectura acogedora. El sacerdote dirigió la bendición, invocando la protección divina sobre los cascos, símbolo de seguridad y precaución en cada travesía. En su homilía, el sacerdote habló sobre la importancia de la fe y la gratitud, y cómo la conexión con lo divino puede brindar fortaleza en los momentos de prueba.
Un Momento de Gratitud y Esperanza
Los ciclistas, con sus cascos en mano, participaron en oraciones y reflexiones, agradeciendo por la oportunidad de ser parte de este evento y pidiendo por un viaje seguro. Para muchos, este acto no solo es un ritual de protección, sino también una forma de expresar su gratitud por el apoyo de la comunidad y por la salud y la capacidad de participar en este reto.
“Es un momento muy especial para nosotros”, comentó uno de los ciclistas asistentes. “No solo estamos buscando protección, sino también un poco de paz y confianza antes de enfrentar este gran desafío. Saber que estamos bendecidos nos da un poco más de seguridad en el camino.”
Preparativos Finales para el Reto 320
El Reto 320 es una prueba de resistencia tanto física como mental, y esta bendición marca uno de los últimos preparativos antes del gran día. Con la salida programada para el sábado, 8 de junio, los ciclistas continúan afinando detalles de entrenamiento y logística, pero también toman tiempo para la reflexión y la preparación espiritual.
El recorrido comenzará en la madrugada, con los grupos de ciclistas saliendo a diferentes horas para enfrentar las duras subidas y descensos que los llevarán desde Durango hasta la costa de Mazatlán. Esta travesía no solo es una prueba de resistencia, sino también una celebración de la comunidad ciclista y de los vínculos que se forman a través del deporte y la fe.
La Comunidad Apoya a sus Ciclistas
La bendición de cascos no solo es significativa para los ciclistas, sino también para sus familias y amigos, quienes se reunieron en el Templo de Fátima para mostrar su apoyo y expresar sus buenos deseos. Este acto de fe refleja la unidad y el espíritu comunitario que caracterizan a Durango, donde el deporte se vive con pasión y el apoyo mutuo es una constante.
A medida que los ciclistas se preparan para enfrentar el Reto 320, llevan consigo no solo la preparación y el entrenamiento, sino también la bendición y el apoyo de una comunidad que estará siguiendo sus pasos con esperanza y orgullo.
