12 de junio, una fecha instaurada por la OIT en 2002 con el objetivo de concienciar sobre la magnitud de esta problemática y promover esfuerzos para erradicarlo.
Por Luis Juárez
Desde el 2002 gracias a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) cada 12 de junio, el mundo actúa en unión para conmemorar el Día Mundial en Contra del Trabajo Infantil, con el mero objetivo de concienciar sobre la importancia de esta problemática y también redoblar esfuerzos para evitarlo.
Gracias a un estudio por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía por sus siglas (INEGI) desempeñó la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) 2022 en México, en colaboración con la Organización Internacional del Trabajo y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS).
En este año tan sólo en México, 3.7 millones de niñas, niños y adolescentes de 5 a 17 años realizaban trabajo infantil, esto significó una tasa del 13.1 %. Esta cifra fue 1.7 puntos porcentuales más que en 2019. Para las niñas dicha tasa fue 10.7 % y para los niños fue 15.5 por ciento.
2.1 millones (7.5 %) de niñas, niños y adolescentes laboraron en actividades económicas no permitidas, cifra similar a 2019, pero, cuatro puntos porcentuales menos que en 2007. Esto incluye a quienes no cuentan con la edad mínima legal para trabajar (15 años) o quienes realizan ocupaciones peligrosas (hasta 17 años).
Actualmente, se estima que más de 160 millones de menores se encuentran en situación de trabajo infantil, gracias al último informe de la OIT y UNICEF, un dato que representa casi el 10% de la población infantil global, además, de considerar que ha habido un incremento reciente luego de dos décadas de descensos continuos.
Situaciones como, crisis económicas, los conflictos y la pandemia de COVID-19 influyeron en las condiciones de vulnerabilidad, por lo que familias optaron por depender del trabajo de sus hijos para sobrevivir.
El trabajo infantil no solo priva a los menores de su derecho a la educación, sino que también los expone a condiciones peligrosas y explotadoras que pueden tener consecuencias físicas y psicológicas de largo plazo.
Sectores como la agricultura, la minería y el trabajo doméstico son algunos de los más afectados, donde los niños realizan tareas que deberían ser desempeñadas por personas adultas, incluso se les lanza a desempeñar actividades sin las medidas de seguridad requeridas.
Este año, el lema del Día Mundial en Contra del Trabajo Infantil es “Justicia social para todos. Poner fin al trabajo infantil”. La elección de este tema reitera la necesidad de abordar las raíces profundas de la desigualdad y la pobreza que generan el trabajo infantil.
Las iniciativas para combatir el trabajo infantil son diversas y abarcan desde reformas legislativas hasta programas de educación y apoyo económico a las familias. En diferentes naciones, se ha llegado a la implementación de políticas públicas que reprueban y penalizan el trabajo infantil, junto con esfuerzos para mejorar el acceso a la educación y fortalecer las redes de protección social.
Esta lucha es un compromiso mundial ya que se requiere la colaboración y el esfuerzo continuo de todos los sectores de la sociedad, hay que recordar que cada niño tiene derecho a una infancia libre de explotación, y que podemos contribuir a construirles un futuro en donde esta situación se erradicada.
