Por Gonzalo Martínez
La Cámara de Diputados ha dado un paso significativo en la búsqueda de la “soberanía energética” de México al avanzar en una reforma que refuerza el papel de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex) como empresas estatales clave. Esta reforma constitucional tiene como objetivo restaurar el control del sector energético que, según los legisladores, se vio limitado por la reforma energética de 2013.
Durante una sesión intensa y prolongada, la Comisión de Puntos Constitucionales votó a favor de modificar los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución. Los legisladores de Morena y sus aliados argumentaron que la reforma es esencial para garantizar el suministro eléctrico del país, que consideran comprometido por la apertura del mercado a empresas privadas en la última década.
El dictamen aprobado subraya que la CFE y Pemex deben recuperar su papel central en el sector energético, un rol que se redujo con la reforma de 2013, cuando la CFE fue transformada en una Empresa Productiva del Estado y sus operaciones fueron divididas en subsidiarias. Según los legisladores, esta estructura ha afectado la eficiencia de la CFE y generado pérdidas económicas.
Además, la reforma aprobada incluye la exclusión del servicio de Internet estatal y del litio de la clasificación de monopolios, lo que permite al Estado mantener un control exclusivo sobre estos sectores estratégicos.
Los diputados de Morena destacaron que esta reforma es una medida necesaria para corregir lo que consideran un daño infligido al pueblo mexicano durante el gobierno de Enrique Peña Nieto. Acusaron a la reforma energética de 2013 de ser “apátrida y mercantil”, alegando que debilitó a las empresas públicas y puso en peligro la seguridad energética del país.