Por Angel Castillo
Durango, Dgo.
A tan solo unas horas del arranque de su emblemática travesía, el grupo de ciclistas
“Correcaminos Bike” llevó a cabo su reunión previa a la ruta número 18, que los llevará de
Durango a Mazatlán en bicicleta. La atmósfera en la reunión, cargada de emoción y
anticipación, estuvo marcada por la experiencia y la camaradería que han forjado a lo largo
de los años, haciendo de esta ruta una tradición que no solo desafía la resistencia física,
sino que también fortalece los lazos entre los participantes.
Iliana Favela, líder indiscutible del grupo y una figura central en la organización de esta ruta,
tomó la palabra para subrayar la importancia de la seguridad durante todo el trayecto. En su
intervención, Favela hizo hincapié en cómo cada uno de los ciclistas debe acatar
rigurosamente las instrucciones para garantizar no solo un recorrido exitoso, sino también
seguro y, por supuesto, divertido. “La seguridad es nuestra prioridad número uno. Cada uno
de ustedes debe ser consciente de su entorno, de sus compañeros, y del camino que
tenemos por delante. No estamos aquí solo para completar un desafío físico; estamos aquí
para disfrutar del viaje, cuidarnos mutuamente y regresar a casa con la satisfacción de
haber logrado algo grande juntos,” expresó Favela.
El espíritu de equipo, que ha caracterizado a los Correcaminos Bike desde su fundación, se
reflejó también en la entrega de los jerseys conmemorativos de la ruta. Cada integrante
recibió su jersey, un símbolo no solo de participación, sino también de pertenencia a un
grupo que comparte una misma pasión por el ciclismo y el desafío que representa esta ruta.
Estos jerseys, diseñados especialmente para la ocasión, serán usados por todos los
participantes durante la segunda jornada de pedaleo, cuando el grupo se adentre en los
paisajes más desafiantes y hermosos del recorrido.
La ruta está dividida en dos etapas principales. En el primer día, los Correcaminos Bike
partirán de Durango y recorrerán una distancia significativa hasta llegar a Mexiquillo, un
trayecto que les permitirá aclimatarse y preparar sus cuerpos para el esfuerzo mayor del
segundo día. Mexiquillo, conocido por sus paisajes boscosos y su clima fresco, servirá
como punto de descanso y reagrupamiento antes de la segunda etapa. Al día siguiente, el
grupo retomará el pedaleo desde Mexiquillo, con el objetivo de alcanzar el puerto de
Mazatlán, donde la calidez del sol y el mar serán el telón de fondo perfecto para culminar
esta exigente pero gratificante ruta.
La tradición de la ruta Durango-Mazatlán no es solo una prueba de resistencia y habilidad
ciclista, sino también una experiencia transformadora para quienes la realizan. Muchos de
los ciclistas veteranos del grupo coinciden en que esta travesía representa más que un
desafío físico; es una oportunidad para reflexionar, superar miedos y reafirmar la fortaleza
interna que cada uno posee. Cada pedalada, cada subida y cada kilómetro recorrido se
convierte en un recordatorio de que los límites están para ser superados, y que el verdadero
éxito radica en el esfuerzo compartido y la solidaridad entre compañeros.
Con la reunión previa concluyendo en un ambiente de camaradería y entusiasmo, los
Correcaminos Bike se preparan para enfrentar un nuevo desafío en esta 18ª edición de su
ruta Durango-Mazatlán. La adrenalina está en el aire, y con sus jerseys conmemorativos en
mano, cada uno de los ciclistas sabe que lo que les espera en el camino es mucho más que
un simple recorrido; es una prueba de carácter, de trabajo en equipo y de la pasión por el
ciclismo que los une. La ruta está por comenzar, y los Correcaminos Bike están listos para
escribir un nuevo capítulo en su historia de perseverancia y éxito sobre dos ruedas.
