China ha anunciado la imposición de aranceles adicionales del 34% a todas las importaciones de productos estadounidenses a partir del 10 de abril de 2025. Esta medida es una represalia por los aranceles similares impuestos por Estados Unidos, elevando la tasa total de aranceles chinos a productos de EE. UU. al 54%, acercándose al 60% prometido anteriormente por el presidente Donald Trump.  
Además de los aranceles, China ha implementado restricciones a las exportaciones de tierras raras, elementos esenciales para las industrias tecnológicas y de defensa. También ha añadido 27 empresas estadounidenses a una lista de entidades no fiables. En respuesta, Estados Unidos ha presentado una queja formal ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), argumentando que las medidas chinas violan las regulaciones comerciales internacionales. 
Estas acciones han generado preocupaciones sobre una posible desaceleración económica global, afectando negativamente a los mercados financieros. Wall Street ha experimentado caídas significativas en los últimos días debido a la creciente tensión comercial entre las dos economías más grandes del mundo