José Miguel Castro Carrillo
Los aranceles impuestos por los Estados Unidos han impactado de maneras diversas a las grandes economías en el mundo, en el caso de Estados Unidos y Europa, Japón e India.
Los aranceles de Trump ya permiten medir el impacto en el comercio global. Así avanzan los primeros movimientos de empresas y economías para recalcular sus planes y adaptarse al nuevo panorama global.
Desde grandes multinacionales hasta pequeños actores del comercio electrónico recortaron sus metas de ventas, advirtieron sobre recortes de empleos y revisaron sus planes de negocios, mientras que las principales economías revisaron a la baja sus perspectivas de crecimiento en medio de datos desalentadores.
El PMI Compuesto Flash Global del S&P, que mide la actividad en los sectores manufacturero y de servicios de Estados Unidos, cayó a 51.2 este mes, de 53.5 en marzo. Una lectura superior a 50 sugiere que la actividad general continuó expandiéndose, pero a su ritmo más lento en casi un año y medio, a pesar de que se intensificaron las presiones sobre los precios, creando un problema para un banco central que se ve sometido a una creciente presión para apuntalar una economía debilitada justo cuando la inflación parece estar a punto de aumentar
En el Reino Unido, la actividad disminuyó inesperadamente a pesar de que el país enfrenta aranceles más bajos que la Unión Europea. El sector manufacturero experimentó una desaceleración más pronunciada, ya que los nuevos pedidos de exportación cayeron a su nivel más bajo desde mayo del 2020, en plena pandemia mundial.
El aumento a los aranceles afecta más directamente al comercio de bienes y a las fábricas que los producen. El PMI del sector manufacturero de la eurozona, más expuesto de forma inmediata a los aranceles de Trump sobre los bienes, alcanzó su nivel más alto en más de dos años, aunque se mantuvo en terreno de contracción.
Fábricas de algunos países podrían estar beneficiándose de los cambios en los aranceles, que se han centrado principalmente en China. Los fabricantes indios informaron del mayor aumento en nuevos pedidos de exportación en 15 años, indicando que algunas empresas estadounidenses podrían estar desviando sus pedidos de China para reducir sus costos. A principios de año las empresas europeas elevaron la producción para satisfacer un aumento repentino en la demanda de los clientes estadounidenses ansiosos por acumular inventario antes de la imposición de aranceles.
Uno de los primeros gravámenes nuevos introducidos bajo la nueva Administración fue un arancel del 25% a las importaciones automotrices, después de que el Presidente criticó a Europa por no comprar suficientes autos fabricados en Estados Unidos.
Volkswagen, el mayor fabricante automotriz de Europa y un símbolo del éxito de la Alemania de posguerra como líder mundial en manufactura, no alcanzó las expectativas de ganancias en los primeros meses del año, en parte debido al impacto inicial de los aranceles. Su homólogo BMW ha calculado el costo de los aranceles sobre sus ganancias este año en más de mil millones de dólares, mientras que el fabricante de automóviles de lujo Mercedes-Benz planea trasladar su capacidad de producción fuera de Alemania a destinos más económicos como Hungría, preparándose para un segundo año de ganancias drásticamente menores. Los planes de varias empresas de cotizar en la bolsa se han aplazado temporalmente debido a la incertidumbre, entre ellos se encuentra la empresa alemana de salud Stada, que ha suspendido la oferta pública de principios de año.