El Instituto de Bellas Artes de la UJED se llenó de recuerdos, música y voces que hablan de identidad.
Ahí, entre funcionarios, académicos, empresarios y amigos, se presentó la tercera edición de Monografías de Durango hacia el futuro, obra del licenciado José Miguel Castro Carrillo, un duranguense que ha hecho carrera en el servicio público, pero que ahora apuesta por algo más íntimo: dejar un legado para las nuevas generaciones.
Castro Carrillo explicó que esta edición nace de la necesidad de mirar nuevamente al estado, de actualizar lo que somos en un momento en que Durango se transforma a diario. El libro está pensado para niñas y niños, con la intención de que descubran su tierra, se enamoren de ella y encuentren en la lectura un refugio frente a un mundo dominado por pantallas.
Recordó sus primeros años en Gómez Palacio, “una niñez feliz entre cultivos y ganado”, antes de migrar a la capital en busca de oportunidades. Esa experiencia —dice— lo llevó a entender que hay quienes se ven obligados a dejar su lugar de origen, y que un libro puede ser un puente para regresar simbólicamente a casa. “Quiero devolver un poco de lo que he recibido”, expresó durante su intervención, arrancando asentimientos entre los asistentes.
La obra, que reúne información histórica, geográfica y productiva de Durango, fue comentada por José de la O Holguín y Óscar Jiménez, mientras que el pintor Luis Gustavo Sandoval acompañó al autor como parte del panel artístico.
El ambiente fue cercano: políticos, universitarios, empresarios, alumnos de secundaria y amistades del autor compartieron el momento, arropados por una intervención musical que dio un tono más íntimo al evento. La jornada cerró con la firma de ejemplares y las inevitable fotografías, en un encuentro donde la memoria, la cultura y el sentido de pertenencia fueron los protagonistas.



