Por Martha Casas
La fe, la música y la convivencia familiar volvieron a abrazarse anoche en el Santuario de Guadalupe, donde cientos de duranguenses se reunieron para celebrar la ya tradicional serenata a la Virgen. Entre cantos, aplausos y un ambiente profundamente devocional, el gobernador Esteban Villegas y su compañero musical de años, Lauro Arce, renovaron la tradición que han mantenido por casi tres décadas.
Acompañado por su esposa Marisol Rosso y el alcalde Toño Ochoa, el mandatario subió al escenario cerca de la medianoche para interpretar “Amor Eterno”, un momento que los presentes recibieron con aplausos y emoción. Minutos después, todo el elenco artístico se reunió para entonar Las Mañanitas, dando paso a la misa oficiada por el arzobispo Faustino Armendáriz, que añadió un cierre solemne a la celebración guadalupana.
La noche estuvo llena de talento local. El Mariachi Águilas abrió el programa con dos temas tradicionales, seguido por Alejandra Barraza con “La Reina del Cielo” y Alma de México con “Mi Virgen Bella”, interpretaciones que hicieron vibrar a los asistentes. Más adelante, Criss Dalet presentó “Mi Ángel” y Caro Núñez deleitó con una poderosa versión de “La Malagueña”.
El grupo Plenilunio sumó emotividad con el “Ave María”, mientras que Karen Toretto contagió fuerza y energía con “Yo También Soy Morena”. Voces de mi Tierra puso su sello con “Aquí Vengo a Saludarte”, y el dueto Gaby y Teresa ofreció “Ofrenda Guadalupana”. La Rondalla Monumental también participó con cuatro temas de su repertorio, llenando el atrio de armonías clásicas.
En la recta final, Claudia Núñez interpretó “Te Lo Pido Por Favor”, seguida por Jesús Salinas y Erika Cabrera, quien presentó “Guadalupe–Lupe”, preparando el ambiente para el momento más esperado: la unión de voces y corazones en honor a la Virgen de Guadalupe.
Una noche cargada de tradición, música y fe que, una vez más, recordó por qué esta serenata sigue siendo una de las celebraciones más queridas por las familias duranguenses.


