Por Gonzalo Martínez
El ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Israel Katz, ha anunciado que Irán ha decidido atacar a Israel, basándose en un inquietante mensaje transmitido por su homólogo de Hungría, Péter Szijjártó, quien recibió la información directamente del ministro de Relaciones Exteriores interino de Irán, Ali Bagheri.
“Irán nos ha informado que tiene la intención de atacar a Israel”, declaró Katz, subrayando la gravedad de la situación y llamando a la comunidad internacional a responsabilizar a Irán por cualquier acción agresiva. Esta declaración llega en un momento de intensos esfuerzos diplomáticos para evitar una posible guerra entre las dos naciones.
La amenaza de Irán sigue al reciente asesinato del líder político de Hamas, Ismail Haniyeh, en Teherán, un acto ampliamente atribuido a Israel, aunque no ha sido oficialmente reclamado. En una conversación con el ministro de Relaciones Exteriores de Bahréin, Abdullatif bin Rashid Alzayani, Bagheri expresó la resolución de Irán de tomar represalias y condenó el silencio sobre las acciones del «régimen sionista», considerándolo perjudicial para la estabilidad regional.
Estados Unidos ha indicado que un ataque iraní podría ocurrir dentro de las próximas 48 horas, con preocupaciones de que Irán pueda coordinarse con grupos proxies como Hezbollah en Líbano, los hutíes en Yemen y otros en Siria e Irak. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tiene programado reunirse con su equipo de seguridad nacional para abordar la situación en escalada.
La coalición internacional, que incluye a Estados Unidos, Israel, Jordania, el Reino Unido y Francia, defendió anteriormente a Israel de un ataque directo de Irán en abril, con el apoyo tácito de Arabia Saudita. La situación actual pone a prueba una vez más la unidad y la preparación de esta coalición frente a la amenaza inminente.
Las próximas horas serán cruciales para determinar si la diplomacia puede prevalecer sobre la confrontación directa, en un escenario donde la estabilidad regional pende de un hilo.