Por: Martha Casas
El sector restaurantero levantó la voz ante el impacto que tendría un nuevo aumento al salario mínimo en 2026. La presidenta de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (CANIRAC) en Durango, Adriana Porras Zubiría, advirtió que el gremio prepara una contrapropuesta salarial por el orden del 8% o menos, con el objetivo de evitar cierres masivos de negocios y recortes de personal.
En entrevista, la líder empresarial señaló que el margen de los restaurantes se ha reducido de forma acelerada por los incrementos acumulados al salario mínimo, que entre 2023 y 2025 suman cerca del 34 por ciento, muy por encima de la inflación general, que se ha mantenido en rangos de 3.5 a 4.7 por ciento anual.
“La realidad es que muchos negocios ya no tienen espacio para seguir absorbiendo incrementos tan altos sin afectar empleo o incluso cerrar”, advirtió Porras.
El sector enfrenta una presión creciente en costos: la canasta alimentaria se ha incrementado entre 4 y 6 por ciento anual, mientras que los precios en restaurantes y bares crecen a un ritmo de 7.5 a 8.7 por ciento, casi el doble de la inflación general.
A esto se suma el aumento de la Unidad de Medida y Actualización (UMA) de 4.21 por ciento en 2025, que encareció obligaciones fiscales, multas y trámites.La industria restaurantera es uno de los pilares del empleo en el país: genera más de 2.3 millones de puestos de trabajo, lo que representa cerca del 8.6 por ciento del total nacional, y aporta el 1.4 por ciento del PIB total y el 3.7 por ciento del PIB de servicios.
Sin embargo, el crecimiento viene acompañado de una tendencia alarmante: la informalidad. De 2018 a 2023, la informalidad de las unidades económicas pasó de 62.6 a 64.3 por ciento, y más del 54 por ciento de los trabajadores en servicios opera hoy en la informalidad, una tendencia que se ha mantenido al alza durante 2025.
Porras Zubiría confirmó que la contrapropuesta no es aislada, sino que ya se construye de manera coordinada con organismos empresariales a nivel nacional, con el objetivo de que el ajuste salarial sea viable para los negocios sin sacrificar fuentes de empleo.
“Queremos salarios justos, pero también empresas vivas. Si los restaurantes cierran, no hay empleo que defender”, concluyó.



