Cartas, postales y el recuerdo de los carteros 

Christian Ramirez
Christian Ramirez 29/09/2023
Updated 2023/09/29 at 10:44 PM

-Ocho días o más se tenía que esperar para que llegará el sobre 

Por Geraldo Rosales 

 Durango, Dgo.

Francisca saca de su ropero una vieja caja de latón que contiene muchos de sus recuerdos entre ellos, la cartas que su novio Miguel le enviaba cuando no podían verse, toma una entre en sus manos y la contempla, aspira aun el olor al viejo sobre de papel blanco, ahora un poco amarillento por el pesar del tiempo, ocho días o más tenía que esperar para que llegará el sobre y poder leerlo a escondidas de su madre pues no acepaba que tuviera novio…

Según la historia no se sabe muy bien cuándo se implantó el primer correo, entendido este como el servicio público que transporta y hace llegar a su destino la correspondencia oficial y privada. En un principio, los mensajes se transmitieron a distancia mediante corredores que llevaban el mensaje de viva voz o usando señales visuales, como el humo, y acústicas, caso de los tambores. 

Con la invención de la escritura surgió el formato carta. La más antigua que se conoce es un papiro escrito en el 2200 a. de C. por el faraón Pepi II. Durante su reinado ya existía una densa red de mensajeros postales que cubría todo Egipto. También organizaron sistemas de correos los hititas de Asia Menor, en 1500 a. de C., y el llamado Imperio del Centro chino, hacia el 1300 a. de C.

  • ¡“Oh!, carta de Néstor, Que me dirá? recordarlo, pensando mil cosas que quizá; Distante de mis amigos con el humo por testigo esta carta empecé a redactar.

El correo en la Ciudad de México ha existido desde la época prehispánica, donde gente a pie era la encargada de llevar esta información de una localidad a otra, de correr viene correo. Pero no fue sino hasta el 17 de febrero de 1907 que el entonces presidente de México el General Porfirio Díaz, dio por inauguradas las operaciones del emblemático edificio del Servicio Postal Mexicano, depositando en un buzón una tarjeta del artista Leonardo Izaguirre. En la actualidad el edificio sigue en función y es un atractivo turístico de la ciudad.

Las cartas se volvieron de suma importancia en una época, para mandar la carta tenia uno que seguir el rito que era sentarse a escribir en la mesa o en la cama, de preferencia sin ruido por aquello de la concentración, luego buscar el sobre adecuado (hay quienes los perfumaban o decoraban), después acudir al correo, comprar el timbre, pegarlo con saliva y depositar la carta en el buzón: 

“Sentía una emoción enorme leyéndolas, me acuerdo de muchas cosas, de amigos muy queridos, no viven aquí y ahorita que las estoy leyendo otra vez, se acuerda uno de todas las cosas que vivió uno, sobre todo la emoción de la espera y de abrir poco a poco el sobre sin maltratarlo”, expresa doña Carmen al cuestionarla sobre las cartas de papel, mientras se le llena los ojos de nostalgia, porque aunque la tecnología es mejor a ella no se le da mucho. 

Otra de las formas que se comunicaban antes, sobre todos las parejas eran tarjeta postal, un medio de comunicación escrito que surge con los objetivos de establecer correspondencia más económico que las cartas y la transmisión de mensajes cortos, para ser remitida al descubierto, sin sobre. Son de edición pública o privada, triunfando la última sobre la primera. 

Desde su creación en el siglo XIX, las postales han tenido varias modificaciones en su elaboración. La primera postal oficial no era una postal ilustrada. Tenía impresa solamente una cara y la otra estaba completamente en blanco para que se pudiera escribir el mensaje. Con el paso del tiempo, se fueron agregando elementos que las hacían más atractivas a la vista de quien las adquiría y las recibía.

La popularización de la fotografía y la mejora de los métodos de impresión, 

permitieron que su uso cobrara un mayor auge, convirtiéndose en un símbolo ideal para recordar viajes y enviar saludos. Las dimensiones teóricas del mundo se redujeron y el conocimiento de lugares remotos se volvió accesible y cercano.

El ir de viaje y mandar una postal con dedicación se hizo muy tradicional, sobre todo en los años 70s y 80´s, con el pasar del tiempo las postales han adquirido más valor, sobre todo por las fotografías antiguas , ya que contiene lugares o sitios que han cambiado o que han desaparecido.

Aunque la revolución tecnológica que vivimos en la actualidad, nos permite enviar postales electrónicas de manera fácil y rápida por medio de internet, la tarjeta postal como la memoria, tiene la propiedad de detener el tiempo, con la diferencia de que es mucho más fiel y confiable; la memoria suele traicionarnos.

“Pero de pronto veo venir, sí, es el cartero que me trae nuevas de ti, de su maleta, sacará esa carta que me hará feliz, ahí en el buzón está mi corazón porque llegó el cartero”.

Hablar del cartero es hablar un personaje muy popular en las calles de ciudades y pueblos, por general siempre en bicicleta eran los responsables de levar buenas o malas noticias, por lo general traían un silbato el cual los identificaba, cartas de ampro de amigos, revistas, postales, recibos del agua, de la luz o estados de cuenta de los bancos eran los que nos entregaban. 

Según la historia Joseph Lazcano, primer cartero de oficio de la Nueva España, empezó a repartir a domicilio en el ciudad de México misivo y legajos, cartas, documentos oficiales, libros y otros impresos. Conforme a las ordenanzas reales, Lazcano cobraba el porte, previamente indicado en la envoltura por el administrador de correos. Él sólo percibía un cuarto de real de sobre porte por cada carta.

Además de llevar la correspondencia, entre otras obligaciones, el cartero tenía la de anotar los cambios de domicilio, indagar los nuevos y dejar las cartas en manos del destinatario, o bien de sus parientes o servidores, en caso de la ausencia de éste, pero siempre que los conociera personalmente.

Si el envío era certificado, debía recoger el recibo correspondiente y entregarlo en la administración de correos. Según la ordenanza de 1762, cuando el cartero no cumplía con su reparto en un término de doce horas o cuando modificaba el precio marcado en la envoltura, era suspendido, pues se le consideraba indigno del aprecio público.

En 1770 se suprimió el cargo de cartero hasta 1795 cuando gracias a una nueva ordenanza se crearon plazas postales en México y Veracruz y se instalaron oficinas subalternas de correos en numerosas ciudades y villas.

A partir de esa fecha los carteros de la Nueva España empezaron a usar un uniforme, que consistía en casaca de paño azul marino con chupín, collarín y vueltas encarnadas con alamares bordados con oro. A los carteros de ese entonces se les consideraba el cuerpo militar de correos.

“Hola como estas espero no del todo mal aun no recibo la postal que prometiste el día que te fuiste”.

En 1932 se formó un grupo de 14 carteros dotados de bicicletas para la correspondencia de “entrega inmediata”. Este servicio desapareció en 1978, fecha en que, por cierto, fueron contratadas en Mexicali, Baja California, las dos primeras mujeres carteras.

Con el paso del tiempo, estos personajes se han ido extinguiendo, sobre todo con las nuevas generaciones, los mensajes de texto y el correo electrónico, fueron piezas fundamentales para que estos fueran desapareciendo, las nuevas generaciones que se la pasan chateando a través del Internet, y sus redes sociales como Facebook, Twitter y WhatsApp, ni siquiera imagina el esfuerzo constante de estos personajes realizaron durante décadas. 

Muchos como Francisca aun guardan entre sus pertenecías el tesoro más preciado de sus años, las cartas y postales, el recuerdo vivo de una época que les significó mucho y aunque Miguel ya no está, sus palabras de puño y letra se quedan para siempre en el papel, porque también como ella, muchos no conocieron el correo electrónico, mucho menos el  WhatsApp, así la historia. 

“Yo romperé tus fotos yo quemare tus cartas, para no verte más para no verte más”.

Aquí algunas de las cartas más famosas y emotivas según la historia:

-Beethoven a su amada inmortal

“Sólo puedo pensar en ti, mi amor inmortal; sólo puedo vivir del todo contigo o de ningún modo. Tranquila, mi vida, mi amor, sólo pensando en nuestra existencia conseguiremos nuestro objetivo que es vivir juntos. Sigue, oh, amándome, nunca juzgues mal el corazón de tu fiel enamorado. Siempre tuyo, Siempre mía, Siempre nuestros”.

-Pablo Neruda a Albertina Rosa

“Pequeña, ayer debes haber recibido un periódico y en él un poema de la ausente (tú eres la ausente). ¿Te gustó, pequeña? ¿Te convences de que te recuerdo? En cambio, tú, en diez días, una carta. Yo, tendido en el pasto húmedo, en las tardes pienso en tu boina gris, en tus ojos que amo, en ti. Salgo a las cinco a vagar por las calles solas, por los campos vecinos. Sólo un amigo me acompaña, a veces.

He peleado con las numerosas novias que antes tenía, así es que estoy sólo como nunca, y estaría como nunca feliz si tú estuvieras conmigo. El ocho planté en el patio de mi casa un árbol, un aromo. Además traje de las quintas, pensando en ti, un narciso blanco, magnífico. Aquí, en las noches, se desata un viento terrible. Vivo solo en los altos y a veces me levanto a cerrar la ventana, a hacer callar a los perros. A esa hora estarás dormida (como en el tren) y abro una ventana para que el viento te traiga hasta aquí, sin despertarte, como yo te traía.

Además, elevaré mañana, en tu honor, un volantín de cuatro colores y lo dejaré irse al cielo de Lota Alto. Recibirás, querida, una de estas noches un largo mensaje a la hora en que la cruz del sur pasa por mi ventana (?) A veces, hoy, me da una angustia de que no estés conmigo. De que no puedas estar conmigo, siempre. “Largos besos de tu Pablo”.

– Yoko Ono a John Lennon 

27 años después de la muerte de John Lennon, Yoko Ono escribió la siguiente carta:

“Te extraño, John. 27 años han pasado y todavía deseo poder regresar el tiempo hasta aquel verano de 1980. Recuerdo todo, compartiendo nuestro café matutino, caminando juntos en el parque en un hermoso día y ver tu mano tomando la mía que me aseguraba que no debía preocuparme de nada porque nuestra vida era buena. No tenía idea de que la vida estaba a punto de enseñarme la lección más dura de todas. Aprendí el intenso dolor de perder a un ser amado de repente, sin previo aviso, y sin tener el tiempo para un último abrazo y la oportunidad de decir “Te Amo” por última vez. El dolor y la conmoción de perderte tan de repente están conmigo cada momento de cada día. Cuando toqué el lado de John en nuestra cama la noche del 8 de diciembre de 1980, me di cuenta que seguía tibio. Ese momento ha quedado conmigo en los últimos 27 años y seguirá conmigo por siempre”.

Frida Kahlo a Diego Rivera

“Nada comparable a tus manos ni nada igual al oro-verde de tus ojos. Mi cuerpo se llena de ti por días y días. Eres el espejo de la noche. La luz violeta del relámpago. La humedad de la tierra. El hueco de tus axilas es mi refugio. Toda mi alegría es sentir brotar la vida de tu fuente-flor que la mía guarda para llenar todos los caminos de mis nervios que son los tuyos.

Mi Diego: espejo de la noche. Tus ojos espadas verdes dentro de mi carne, ondas entre nuestras manos. Todo tú en el espacio lleno de sonidos, en la sombra y en la luz. Tú te llamarás Auxocromo, el que capta el color. Yo, Cromoforo, la que da el color. Tú eres todas las combinaciones de números. La vida. Mi deseo es entender la línea, la forma, el movimiento. Tú llenas y yo recibo. Tu palabra recorre todo el espacio y llega a mis células que son mis astros y va a las tuyas que son mi luz”.

-Jimi Hendrix a una joven desconocida

“Pequeña: La felicidad está en ti, así que suelta las cadenas de tu corazón y déjate crecer como la dulce flor que eres… Sé la respuesta: Abre tus alas y se tú misma… Libre te querré siempre, Jimi Hendrix”.

-Sigmund Freud a Martha Bernays

“No apetezco sino lo que tú ambicionas para ambos porque me doy cuenta de la insignificancia de otros deseos comparados con el hecho de que seas mía. Estoy adormilado y muy triste al pensar que tengo que conformarme con escribirte en vez de besar tus dulces labios”.

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