Miguel Ángel Vargas Quiñones
*** Lo que aprobaron los legisladores federales
En junio de 2004, siendo presidente de la República, Vicente Fox Quesada y teniendo como sede la ciudad de Saltillo, Coahuila, se llevó a cabo la Reunión Nacional de Procuradores de Justicia incluido el General Rafael Macedo de la Concha, titular de la PGR, quien tenía como sus segundos de a bordo al duranguense Jorge Campos Murillo (qepd); el sinaloense Gilberto Higuera Bernal y el defeño, “zar del narcotráfico”, José Luis Santiago Vasconcelos.
Eran los últimos meses del gobierno del Ángel Sergio Guerrero Mier y su cuarto procurador general de justicia, Oliverio Reza Cuéllar, se estrenó prácticamente con esta reunión a la que también asistimos el recientemente fallecido, Rubén “Tiroloco” López Gallegos en su calidad de jefe de Prensa de la PGJ estatal y un servidor como enviado especial de Contexto de Durango.
Meses, antes por razones de trabajo periodístico, un servidor había trabado una buena amistad con Santiago Vasconcelos y con Gilberto Higuera, quienes junto al paisano Campos Murillo, me permitieron dialogar ampliamente con el General Macedo de la Concha, quien con atención escuchó un programa de Prevención del Delito que de manera muy modesta aplicaba en Durango, el licenciado Jesús Rosso Holguín, prácticamente utilizando sus propios recursos pues la PGJ y el gobernador Ángel Sergio Guerrero Mier poco o nada les interesó la prevención del delito.
Al titular de la PGR entonces le gustó el proyecto de Rosso Holguín a grado tal que en el segundo día de esta reunión de procuradores, en que sería su clausura, se contaría con la presencia de presidente de la República, Vicente Fox Quesada y el militar Procurador, invitó a un servidor para acompañarlo en el traslado del aeropuerto al nuevo edificio de la Procuraduría del Estado de Coahuila, que sería inaugurado por el primer mandatario del país.
En ese rápido traslado de apenas 20 minutos le resumí el programa de Prevención del Delito diseñado por Rosso Holguín, a quien la PGJ de Durango lo tenía hacinado en medio de unas oficinas y le asignaron un escritorio que ocupaba cuando regresaba de El Salto, Pueblo Nuevo, de impartir sus cátedras como maestro de bachilleres.
Le convenció a tal grado al presidente, que en su discurso de clausura de esta reunión de procuradores de junio de 2004, el 80 por ciento de su intervención lo dedicó a la prevención del delito y dio instrucciones para que al Consejo Nacional de Seguridad Pública se incluyera una importante representación de las policías municipales.
¿Qué se acordó en esa trascendental reunión encabezada por Vicente Fox?
1.- Destinar recursos suficientes para dotar de los policías suficientes a cada municipio de acuerdo a su población tomando datos del INEGI.
2.- Destinar recursos suficientes para capacitar a los policías municipales, que en aquel tiempo sumaban alrededor de 60 mil en los poco más de dos mil 500 municipios.
3.- Destinar recursos para capacitar a esos agentes de las policías de los municipios para que hicieran frente a la delincuencia organizada que entraba en su época más violenta y solicitar a la Sedena su participación para adiestrarlos.
4.- Dar a las policías municipales un lugar, con voz y voto, en el Consejo Nacional de Seguridad Pública.
Fueron más los acuerdos tomados en esa reunión nacional de Procuración de Justicia, pero solo menciono los que tienen relación con la reciente aprobación que hicieron los legisladores federales para que el Ejército Nacional, permanezca en las calles en tareas de seguridad pública que compete a las policías municipales (a las que nunca adiestraron), a las estatales, que se corrompieron apenas nacieron y a las investigadoras del delito.
La orden de aplicar estas medidas fue del presidente de la República, en atención a los acuerdos tomados por todos los procuradores del país que llevaban además la representación de los mandatarios estatales miembros de la recién nacida Conferencia Nacional de Gobernadores.
Nunca cumplieron.
¿Por qué habrá de cumplir los acuerdos 18 años después?