Miguel Ángel Vargas Q.
De acuerdo a los informes del titular de la Secretaría de Salud, Sergio González Romero, estamos a una nada de pasar de la pandemia a la endemia del Covid19 y por ello las medidas impuestas durante los pasados años, irán disminuyendo, pero los ciudadanos que presumamos de responsables debemos acatar las mínimas indispensables: lavado de manos permanente, usar el cubrebocas con responsabilidad y VACUNARSE, esta es la mejor manera de evitar hospitalizaciones y fallecimientos.
La experiencia que hemos vivido a lo largo de estos años ha sido más que triste. Muchos cercanos fallecieron. No respetó ideologías, credos religiosos, sexo, posición económica o social y lo mismo cayeron poderosos que vulnerables políticamente.
Lamentablemente nuestro sistema político sigue siendo curativo. Les gustan más los hospitales, penales y panteones, que la madre de todas las seguridades: la prevención. Un país preventivo tiene una sociedad feliz, mentalmente sana, productiva y más alejada de la delincuencia.
Pero un país pobre como el nuestro, con una corrupción pasada y presente en los gobiernos y en muchos de los grandes empresarios de México y con una ausencia en las medidas de prevención del delito, de la salud, entre otras, está condenado al sufrimiento y a vivir encadenado a los consultorios y hospitales, públicos y privados.
El gobierno, en cualquiera de los tres órdenes que le apueste a la prevención en su más amplia concepción, podrá terminar su gestión con la frente en alto y salir por la puerta principal, no agachados y escondiéndose de la sociedad que los llevó a esos cargos.
La desaparición del Seguro Popular y la creación de un monstruo sin pies ni cabeza como es el INSABI, ha perjudicado a muchísimos mexicanos que no están en alguno de los regímenes de seguridad social con atención médica. Y lo que llega de pensión del Gobierno Federal (que es no del presidente AMLO), apenas sirve para ir a la consulta con un especialista, pero se queda sin medicinas.
Ninguna esperanza tenemos que este gobierno de López Obrador regrese al Seguro Popular, así que a hacer de tripas corazón.
LAS CAMPAÑAS empiezan a tornarse de color hormiga y todo indica que las de presidentes municipal, por lo menos de Durango y Gómez Palacio, podrían tener barruntos de una violencia que no queremos los gomezpalatinos ni los duranguenses. El tono de los señalamientos y de las acusaciones toma dimensiones que acercan a los equipos de campaña al desfiladero o al enfrentamiento.
Hugo Rosales Badillo, el abogado experto en temas jurídico-electorales lanzó fuertes acusaciones contra el empresario Jaime Mijares, quien además está como candidato suplente de José Antonio Ochoa en la planilla a la presidencia municipal de Durango.
Anuncia que acudirá a los órganos jurisdiccionales a presentar denuncia por estar “obligando” a sus trabajadores a apoyar al candidato de la alianza Va Por Durango y además, de estar “pidiendo moches” a los empresarios que son proveedores de los gobiernos municipal y/o estatal.
Por otro lado, don Otniel García Navarro, acusa directamente a Jorge Clemente Mojica Vargas se ejercer presión con la trabajadores y empleados de la Secretaría General de Gobierno, ara que apoyen a la alianza Va Por Durango.
Sin ánimo de defender a algunos de los acusados, porque además ni lo requieren, pero esos señalamientos son arcaicos, increíbles y ofensivos, pues tratan de presentar como “endejos”, tanto a burócratas como a empresarios proveedores de las instancias gubernamentales.
Con todo el respeto que saben que les tengo a Hugo y a Otniel, pero no deben utilizar a los medios y estos no deben prestarse a señalamientos sin los pelos de la burra en la mano. Es decir, que primero vayan con las autoridades y luego convoquen a la prensa. No al revés, pues todo queda en un chisme mediático en donde los medios son utilizados como mensajeros en ese pleito de azotea.
Durango, sus habitantes de este norteño estado, queremos comicios tranquilos, civilizados y no violencia que solo arrojan más polarización como lo hace desde sus mañaneras el presidente López Obrador.
Ojalá los medios no caigamos en esas trampas, porque no sabemos lo que puede acarrear la complicidad con los chismes baratos, vengan del partido o candidato que sea. Queremos Comicios tranquilos y si hay presuntos delitos electorales, que se diriman antes los tribunales correspondientes y no en una banqueta frente a los medios de comunicación.
