Los refrescos Coca-Cola presuntamente adulterados que fueron localizados en un predio en la alcaldía Iztapalapa, eran vendidos en puestos ambulantes de comida de la zona centro de la Ciudad de México, la Central de Abasto, así como en Chalco y Nezahualcoyotl, en el Estado de México, informó el vocero de la Fiscalía General de Justicia de CDMX, Ulises Lara.
En redes sociales, Lara precisó que las cajas de refrescos “piratas” se vendían entre 200 y 210 pesos, al día se comercializaban entre 50 y 60 cajas, generando ganancias estimadas de los 10 mil y 12 mil pesos diarios.
Los envases que eran rellenados con el refresco clonado, los adquirían en sitios dedicados a la recolección y venta de envases, y las fichas con las que se resellaba las obtenían con recolectores de basura.
Por: @Hayde Rico
