Cuatro grandes personalidades de la plástica en Durango

Enrique Saenz
Enrique Saenz 30/11/2023
Updated 2023/11/30 at 9:03 PM

Por Geraldo Rosales

 Durango Dgo.

La Escuela de Pintura, Escultura y Artesanías (EPEA) de la Universidad Juárez del Estado de Durango en sus primeras generaciones dio grandes artistas que gracias a su obra trascendieron fuera del estado, esto también es obra del legado que el maestro Francisco Montoya de la Cruz inculcó en ellos hasta hacerlos grandes artistas.

Manuel Nava Rivera, Manuel Salas Ceniceros, Rafael del Campo y Federico Esparza, (este último fallecido en mayo de 2019), cuatro hombres que su obra ha sido admirada por muchos, al igual han sido inspiración de las nuevas generaciones de artistas plásticos que han egresado de la EPEA, por lo que siempre su obra será bienvenida antes los ojos del espectador.

Manuel Nava Rivera

Manuel Nava Rivera, pintor y escultor, es un artista que compartió con muchos las enseñanzas de Francisco Montoya de la Cruz, la mayoría de sus obras plásticas están trabajadas en materiales como piroxilina, acrílico y encausto sobre fibracel, el lenguaje de sus manos y el anhelo de la libertad se manifiestan claramente en cada una de sus creaciones en las que además retrata un mundo de injusticia y que permanecen fieles al lenguaje de su juventud, ya que aborda temas de denuncia y pobreza.

“Mi obra es para todo mundo, habrá gente que les tocó vivir parte de lo que expongo, ahí lo van a reconocer, es importante que se vea que es lo que está pasando, siempre con la idea de producir obra surge también el interés por reflejar el momento social que vivimos y es una inquietud que forma parte de la vida y de la época, a mí me gusta mucho leer y me gusta informarme de lo que pasa, mi obra no la puedo definir en una sola palabra pero es protesta de lo que se da, como nos acorralan como país”, expresó el maestro alguna vez sobre su obra.

Manuel Salas Ceniceros

Manuel Salas Ceniceros nace en Velardeña, mineral del estado de Durango el 23 de febrero de 1931. Inicia sus estudios sobre Artes Plásticas el año de 1954 en la Universidad Juárez del Estado de Durango, con Francisco Montoya de la Cruz. En 1959 es becado por el Instituto Nacional de Bellas Artes para hacer una especialización sobre Pintura Mural Exterior misma que realiza con José Chávez Morado en la Ciudad de México.

De regreso a Durango, concursa en un proyecto para mural exterior en el Auditorio del Pueblo, del cual resulta ganador, más adelante se le contrata para realizar el monumento mural al General Francisco Villa en San Juan del Río Durango, posteriormente el mural para oficinas del SNTSS hecho en piedra de color e incrustaciones de hierro. En 1960 participa en la Primera Bienal de Escultura en la Alameda central de la Ciudad de México con su obra “Germinación” la cual se encuentra en un vivero de la ciudad de Durango.

Orgullosamente egresado de la EPEA de la Universidad Juárez del Estado de Durango, el maestro tiene en su haber exposiciones individuales en lugares como El Paso, Texas; Los Ángeles, Glendale; Ventura, California; Aspen, Colorado en Estados Unidos; en México, ha expuesto en Ciudad de México; Torreón y Saltillo, Coahuila; Monterrey, Nuevo León; Cancún, Q. Roo y Durango.

Rafael del Campo

Por su originalidad, por su técnica, por su colorido y temática, las “Arcillas Mágicas” de Rafael del Campo representan una artesanía 100% duranguense, durante su carrera, ha realizado más de 300 piezas pictóricas modeladas con arcilla matizada, las cuales elabora con pigmentos naturales y minerales indelebles que se mezclan y moldean para luego ser pintados al fresco y horneados, este concepto desarrollado por el artesano está basado en la alfarería Maya.

El trabajo que realiza Rafael del Campos puede decir que es virgen porque aquí en Durango no se tiene una cultura artesanalmente hablando, es una disciplina que le tienes que entrar con los cinco elementos, no es nada más el trazar, el dibujar hay que modelar las arcillas, tratarlas a garrar la tierra, colarla en pilas, recoger el barro dejar pudrir y modelar y luego hornear, pintar y después enmarcar es todo un proceso.

“Yo ya manejaba lo que era ya las cazuelas , las macetas, el torno y nace ahí el cuadro que yo tuve que registrar porque yo salía a los nacionales con mi artesanía, nunca había visto un cuadro como el que yo hago, este cuadro nace el en año 1989 y lo llamé Las Arcillas Mágicas, pensé en este nombre para que sea reconocido como nosotros conocemos el barro negro de Oaxaca , el barro oloroso de Jalisco, la talavera de Puebla y entonces pensé en algo que identificara a Durango y se me ocurrió Arcillas Mágicas”, comentó el maestro en alguna ocasión.

A lo largo de su carrera ha visitado importantes foros en las ciudades de Durango, Distrito Federal, Veracruz, Coahuila y en los Estados Unidos, ha sido invitado a distintos eventos en Nueva Cork, Chicago, San Francisco, Denver, Texas e Indianápolis. Cuenta con un catálogo editado por el instituto de Cultura del estado de Durango (ICED), el cual fue editado en el 2012 y muestra gran parte de la obra del maestro.

Federico Esparza González (+)

El arquitecto y maestro Federico Esparza nació en la ciudad de Durango, a los 17 años ingresó a la escuela de Pintura y Escultura del entonces Instituto Juárez de la cual Orgullosamente pertenece a la primera generación (1953-1958), se desempeñó como maestro de la materia de grabado en la misma Escuela de Pintura hasta el año 1972.

Su vocación por el arte le llevó en su juventud a realizar varios proyectos como el mural en el restaurante Santa Fe, con el tema “Ritos” de 8 por 2.40 metros y otro en el edificio de la Unión Regional Ganadera de Durango con el tema “Alegorías de la naturaleza” de 15 por 12 metros.

Fue a partir de los años noventa, cuando el maestro retoma su compromiso con la necesidad de expresarse por medio de la pintura, su lucha incansable por permanecer activo en el medio artístico lo ha llevado a ajustar su tiempo a sus dos profesiones, el mismo exterioriza que sólo de esta manera se siente digno como ser humano de dar a conocer a la comunidad su trabajo.

Su obra comunica por medio de la pintura, la escultura urbana y la arquitectura, además en el 2009, concibió los notables vitrales localizados en lo que actualmente se conoce como Sala de Cabildo del H. Ayuntamiento de Durango, distribuidos en un plafón, así como en cinco arcos de cantera del segundo piso, con una superficie total de 146 metros cuadrados. Falleció en mayo de 2019.

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