Agencias
El presidente del Banco Mundial (BM), David Malpass, informó al Directorio Ejecutivo del organismo su intención de dejar el cargo hacia el 30 de junio próximo.
“Esta tarde me reuní con el Directorio Ejecutivo del grupo del Banco Mundial y les informé de mi intención de marcharme hacia el 30 de junio de este año fiscal. Ha sido un honor y privilegio servir como presidente del Banco Mundial”, escribió Malpass en su cuenta de Twitter.
En un comunicado del BM, el propio Malpass explica que quiere “perseguir nuevos desafíos”. Propuesto por el expresidente de EE.UU. Donald Trump (2017-2021), ocupaba el cargo desde abril de 2019.
“Ha sido un enorme honor y un privilegio servir como presidente de la principal institución de desarrollo del mundo junto a tantas personas talentosas y excepcionales”, apunta Malpass en el comunicado publicado en la página web del banco.
Los últimos cuatro años, señala, “han sido algunos de los más significativos de mi carrera”, tiempo en el que “he progresado mucho”, cuenta. “Después de pensarlo mucho, he decidido perseguir nuevos desafíos”, añade el economista estadounidense (Michigan, 1956).
En el mensaje agradece al personal del banco de desarrollo y a su junta directiva por “el privilegio de trabajar con ellos todos los días para fortalecer la efectividad de nuestras operaciones en los momentos más difíciles”.
Malpass dejará su cargo el próximo 30 de junio y espera que haya “una transición de liderazgo sin problemas”, a medida que el Banco Mundial trabaja “para enfrentar los crecientes desafíos globales y para facilitar la inversión privada”.
La figura de Malpass estuvo en entredicho después de que en septiembre pasado en un panel de discusión evitara en varias ocasiones responder si reconocía el consenso científico de que los humanos que quemaban combustibles fósiles estaban “calentando el planeta rápida y peligrosamente”.
“Ni siquiera lo sé, no soy científico y esa no es una pregunta”, señaló en un encuentro celebrado por The New York Times en la Semana del Clima en Nueva York, una respuesta que llevó a algunos activistas climáticos a solicitar su renuncia.
Malpass reconoció posteriormente que sus palabras fueron desafortunadas y que cuando le preguntaron si era negacionista del cambio climático debería haber dicho claramente que “no”.
El economista también generó polémica tras llegar al puesto ya que antes de ello había destacado por sus críticas contra esa institución, alegando, por ejemplo, que los únicos que se benefician de sus créditos son quienes vuelan en primera clase “para dar consejos a los Gobiernos”.