Dicho por él mismo, esperó a la muerte en su derruida casa, entre sus muertos, acompañado de sus más de cinco mil libros y su perro “Saroh”.
Por: Geraldo Rosales.
Duranghetto está de luto, bandera a toda asta, su hijo pródigo y literato ha fallecido, cerró sus ojos, Jesús Marín (Chuy para los amigos y Perro Loco para aya más amigos) poeta, narrador, librero, caricaturista y caguamero de corazón.
Luego de su lucha ante una enfermedad crónica que lo aquejaba hace mucho tiempo partió para encontrarse con los suyos en el paraíso prometido, a mil kilómetros de aquí.Marín narró por él mismo alguna vez que su carrera de “bandido” comenzó en talleres literarios por el café y las galletas gratis,. además confesó que amaba con descaro a las mujeres y a la cerveza Victoria,pese a las protestas del corazón y del hígado.
El escritor duranguense fue autor de libros como: “Las muertes de Fermín” (cuentos), “Crónicas de Duranghetto”,“Laura Sinaloa” (poesía) entre muchos otros, siempre irreverente con su lenguaje erótico, lo que le valió ser odiados por muchos pero amado por otros.
Por mucho tiempo fue librero en los arcos del Palacio de Zambrano, en agosto del año pasado, Chuy convocó a amigos, colegas y lectores al Café Madrid para recaudar fondos con venta de libros, lectura de poemas catalogando el evento como un “desmadre literario y caguamero”, dónde muchos de sus seguidores se dieron cita para apoyarlo.
Dicho por él mismo, esperó a la muerte en su derruida casa, entre sus muertos, acompañado de sus más de cinco mil libros y su perro “Saroh” (por cierto perro ladrón profesional de Chettos) y finalmente el primer domingo de abril, partió de éste plano terrenal, llevándose historias, poemas y secretos aún por contar y dejando una caguama Victoria enfriándo en el refrigerador, esperando un día regresar por ella.Descansa en Paz Chuy, tus amigos y quienes te conocimos te extrañaremos.
