Por Johan Unzueta – Zero
Con la llegada del Año Nuevo, la celebración y despedida llenan el aire, pero lamentablemente, una práctica peligrosa que amenaza la seguridad de muchos. Dar tiros al cielo para festejar puede tener consecuencias muy fuertes, y las estadísticas exigen el abandonar esta práctica peligrosa.
En México, la tradición de disparar al aire durante la celebración de Año Nuevo ha llevado a un número significativo de tragedias. Las estadísticas revelan que cada año, un número considerable de personas resulta herido o incluso pierde la vida debido a disparos al cielo dejando balas perdidas. Según informes de autoridades y organizaciones de salud, se estima que decenas de personas son afectadas por esta peligrosa costumbre.
Los proyectiles disparados al aire pueden alcanzar alturas sorprendentes antes de descender de nuevo a tierra a velocidades letales. Incluso una pequeña bala puede causar daños severos o resultar letal si impacta a una persona. Además, estas balas pueden atravesar techos y vehículos, representando un peligro indiscriminado para aquellos que simplemente están disfrutando de la celebración.
Además de los riesgos para la vida humana, los disparos al aire también representan una amenaza para la propiedad y la seguridad pública. Vehículos, hogares y otras propiedades pueden resultar dañados, y el miedo generalizado a la violencia innecesaria afecta negativamente la calidad de vida en comunidades enteras.
En un esfuerzo por prevenir más tragedias, las autoridades y organizaciones de seguridad hacen un llamado urgente a la conciencia ciudadana. La tradición de disparar al aire debe ser abandonada en favor de prácticas más seguras y respetuosas para celebrar la llegada del nuevo año.
Al dejar atrás esta práctica peligrosa, podemos garantizar un Año Nuevo lleno de alegría y celebración sin poner en riesgo la vida y la seguridad de nuestras comunidades. En el espíritu de un comienzo seguro y positivo, recordemos que la verdadera festividad radica en cuidar y proteger a nuestros seres queridos y vecinos.
Ademas, no solo causa problemática en la sociedad, recuerde que esto también afecta a los caninos en materia de salud, pues además de generar estrés y temor, a largo plazo puede dejarles traumas.