El Observatorio Ciudadano de Durango, que preside Alfredo García Olvera, condenó enérgicamente el asesinato del alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Alberto Manzo Rodríguez, y advirtió que este crimen confirma una dolorosa realidad: en México, nadie está a salvo.
A través de un comunicado, el organismo señaló que el homicidio del edil, ocurrido durante un acto público, no sólo enluta a una familia y a una comunidad, sino que refleja el clima de inseguridad generalizado en el país.
Cada vez que una voz se apaga con violencia, se envía un mensaje terrible: que en México alzar la voz cuesta la vida”, expresó el Observatorio.
El documento enfatiza que la violencia ya no distingue nombres ni cargos, y que funcionarios, empresarios, líderes sociales y ciudadanos viven bajo una constante amenaza. “Servir a la sociedad se ha vuelto una actividad de riesgo, y el miedo ha reemplazado al diálogo”, se advierte.
El Observatorio y el Consejo por la Paz en Durango expresaron su solidaridad con la familia del alcalde Manzo y con el pueblo de Uruapan, además de lamentar la creciente lista de víctimas de violencia en el país: servidores públicos, periodistas, defensores de derechos humanos y personas desaparecidas.
El organismo recordó que durante la actual administración federal los asesinatos de alcaldes han alcanzado cifras de dos dígitos; que el proceso electoral 2023–2024 fue el más violento en la historia reciente; y que México sigue siendo uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo y la defensa de los derechos humanos.
Asimismo, se mencionó que existen más de 124 mil personas desaparecidas a nivel nacional, lo que refleja la magnitud de la crisis de violencia e impunidad.
“México necesita reconstruir su sentido de comunidad y su confianza en las instituciones. La seguridad no puede seguir siendo un privilegio; debe ser un derecho. La justicia no puede seguir siendo una promesa; debe ser una realidad”, subraya el texto.
Finalmente, el Observatorio llamó a las autoridades a garantizar una investigación profunda y sin sesgos sobre el crimen del alcalde de Uruapan, a la sociedad civil a mantener viva la exigencia de justicia, y a los medios de comunicación a no dejar que el dolor social se diluya en el ciclo de noticias.
Porque cuando la violencia busca callar las voces —concluye el comunicado—, la memoria y la justicia deben ser las que hablen.”



