Por Gonzalo Martínez
En el este de Estados Unidos y Canadá, se espera que esta semana llegue una ola de calor con temperaturas que podrían superar los 38 grados Celsius, manteniéndose durante varios días consecutivos junto con niveles elevados de humedad, lo que intensificaría la sensación térmica.
Según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS), la ola de calor se extenderá desde las Llanuras Centrales a través de los Grandes Lagos y el valle de Ohio, llegando al noroeste y noreste de Estados Unidos hasta mediados de semana. Se prevé que el pico de calor se dé entre martes y jueves, con altas temperaturas concentradas posteriormente en partes del Medio Oeste y el norte del valle del río Tennessee hasta los montes Apalaches y el sur de Nueva Inglaterra para el viernes.
Esta ola de calor comenzó a expandirse el domingo pasado desde estados como Arizona, Nuevo México, Texas, Colorado y Kansas. El NWS alertó que más de 63 millones de personas, desde el suroeste hasta ciudades como Denver y Chicago, están bajo avisos de calor.
Este lunes se registraron temperaturas de 35.5 grados Celsius en Chicago e Atlanta, y de 36.1 grados en Little Rock, Arkansas. Se anticipa que grandes ciudades como Nueva York alcancen los 35 grados esta semana.
Además, el NWS advirtió de una amenaza de lluvias fuertes y tormentas severas en el centro-norte de las Llanuras y el norte de Minnesota hacia la tarde, desplazándose hacia el sur.
En Canadá, gran parte del este, incluyendo Ontario y Quebec, enfrentará la misma ola de calor con temperaturas por encima de los 35 grados Celsius y alta humedad, resultando en una sensación térmica superior a los 40 grados Celsius. Esta situación ocurre apenas una semana después de que el Servicio Meteorológico de Canadá advirtiera sobre temperaturas superiores a lo normal debido a la crisis climática. La combinación de ola de calor y alta humedad ha generado preocupación entre las autoridades canadienses. En 2018, temperaturas extremas provocaron la muerte de al menos 66 personas en Montreal, y en julio de 2021, una ola de calor en Columbia Británica causó cerca de 500 muertes, principalmente entre personas vulnerables en ciudades como Vancouver, debido a temperaturas que alcanzaron los 50 grados Celsius.
