Este viernes, uno de los fundadores emblemáticos de Morena, Emiliano Serrano Jiménez, sorprendió al ámbito político al anunciar su renuncia al partido que ayudó a fundar, sumándose a la alianza opositora conformada por el PRI, PAN y PRD en la Ciudad de México.
Serrano, quien fungió como diputado federal y local por Morena, hizo esto bajo el argumento de que su decisión de abandonar el partido se debió a las numerosas irregularidades en el proceso de selección de candidaturas para las próximas elecciones.
“Se han cometido muchas injusticias y muchas arbitrariedades”, afirmó Serrano en un comunicado emitido tras su renuncia. “Voy a levantar la voz y también a presentar quejas y denuncias contra los abusos de quienes hoy dirigen al partido Morena”.
La gota que derramó el vaso para Serrano fue la elección de candidaturas en la alcaldía de Iztacalco, donde a pesar de haber obtenido la mayoría de votos para ser el candidato, el partido decidió ignorar los resultados y designar a otro aspirante.
“Me sentí traicionado por el partido que ayudé a construir”, manifestó Serrano. “Morena se ha alejado de los principios que nos llevaron a formar un movimiento transformador. Ha perdido el rumbo y la ética que una vez lo caracterizó”.
Tras su renuncia, Serrano decidió unirse a las filas de la alianza opositora en el Congreso de la Ciudad de México, buscando, según sus palabras, “defender los valores democráticos y luchar contra la corrupción y el autoritarismo que han permeado en el partido oficial”.
La partida de Serrano representa un golpe significativo para Morena, ya que su figura ha sido emblemática desde los inicios del partido. Su salida plantea cuestionamientos sobre la cohesión interna y la dirección que tomará el partido en los próximos comicios.
Con esta inesperada movida política, el escenario electoral en la Ciudad de México se perfila aún más complejo, con una alianza opositora fortalecida y un Morena que enfrenta desafíos internos y externos en su búsqueda por retener el poder.
Con información de Índice Político
