Por Angel Castillo
Estimado Lic. Miguel Ángel Vargas Quiñones,
Ha pasado un año desde que nos dejó, y cada día lo extrañamos más. Su ausencia ha dejado un vacío profundo en nuestro equipo y en el mundo del deporte duranguense. Su presencia, su liderazgo y su pasión por el periodismo siguen siendo recordados con cariño y admiración.
Hemos seguido su ejemplo y legado, esforzándonos por mantener los altos estándares que nos enseñó. Ha sido un año complicado, donde hemos tenido que sacar fuerza desde lo más profundo de nuestros corazones para seguir adelante. Su espíritu ha sido nuestra guía, recordándonos cada día el valor de la integridad, el compromiso y la dedicación.
Lo hemos tenido presente en cada momento, especialmente en aquellos que han sido difíciles para mí en lo personal. En esos instantes, me he apoyado en las enseñanzas que nos dejó, encontrando consuelo y motivación en su recuerdo. Su influencia sigue siendo un faro que ilumina nuestro camino, incluso en los días más oscuros.
Nuestros líderes han tomado la antorcha y cada día se adaptan para llevarnos por el mejor rumbo posible, con el objetivo claro de informar y servir a nuestra comunidad con la misma excelencia que usted nos inculcó. Nos hemos enfrentado a desafíos, pero siempre con la firme convicción de que estamos honrando su memoria al hacerlo.
Queremos agradecerle profundamente por todo lo que nos dejó. Aunque ya no esté físicamente con nosotros, sembró en cada uno de nosotros una semilla que ha crecido y nos ha impulsado a seguir siendo los mejores en nuestros respectivos rubros. Su legado sigue vivo en cada palabra que escribimos, en cada historia que contamos y en cada día que trabajamos con la misma pasión que usted nos mostró.
Con todo mi respeto y admiración.
