HECHOS BOLAS

Gonzalo Martínez
Gonzalo Martínez 10/05/2022
Updated 2022/05/10 at 8:17 PM

Por Ángel Castillo
Una sonrisa en medio de la tormenta
El lunes, el grupo Vagabundos de la Montaña dio a conocer que ya no realizaría la Ruta Durango Mazatlán, por ello, en este espacio durante la semana estaré recordando las vivencias que experimenté juntó a varios compañeros de Contexto de Durango, y por supuesto junto a cientos de ciclistas que participaron en las diferentes ediciones, en esta ocasión toca recordar como los ciclistas enfrentaron al huracan Lane en el 2006.

2006
Fue en el ya lejano 2006, cuando este periodista tomó su cámara para cubrir su tercera travesía ciclista, en esta ocasión acompañado de César, un compañero de Contexto de Durango que en su motocicleta Cross tenía la misión de llevarme a los lugares más complicados dentro de la sierra duranguense para seguir a los ciclistas.
En las primeras horas del viernes 15 de septiembre, de nueva cuenta como los dos años anteriores, salimos desde la entonces angosta y un tanto abandonada carretera de salida a Mazatlán. En medio de un clima enrarecido, con nubes y pequeñas lloviznas comenzó lo que sería la única Ruta Durango Mazatlán que no terminó en el puerto sinaloense.

LAS PRIMERAS HORAS
Las primeras horas de aquel día se sentía en el ambiente una tensión diferente por muchos factores, si bien el clima había sido cambiante todo el día, el número de ciclistas que ya superaba los 300, hacia más complicada la logística para los organizadores.

NOSOTROS
En aquella edición y haciendo una esfuerzo importante, Contexto de Durango realizó un suplemento especial para la Ruta Durango Mazatlán, que se entregaría al finalizar la primera jornada de la ruta en Mexiquillo, nuestra logística fue tomar la mayor cantidad de fotografías hasta El Salto y ahí un compañero recogió la memoria de la cámara, y es que en aquellos años el envio de imágenes por internet no era algo tanto sencillo como hoy, por lo que todo se tuvo que hacer con recursos humanos, nuestro compañero regresó a Contexto en donde en horas se diseñó e imprimió lo que sería el primero de dos suplementos.

TERRACERÍA
El viajar en la parte trasera de una motocicleta Cross me permitió ingresar a la terracería, algo que años anteriores no pude hacer por viajar en las camionetas de abasto, en la terracería se notaba claramente que habían caído fuertes lluvias en la zona, por lo que nosotros que ingresamos en el punto denominado Las Adjuntas, decidimos salir en Coscomate, sitio en donde recibimos los suplementos ya impresos, al tiempo que entregamos la otra memoria con las fotos restantes a nuestros compañeros.
De Coscomate nos trasladamos hasta el poblado La Ciudad en donde nos organizamos para entregar llegar hasta Mexiquillo, y aquí comenzó el caos.

EL CAOS
La noche parecía más oscura de lo normal en Mexiquillo, una noche sin estrellas y con mucho fresco, en un momento me encontré con Pichu, a quien le dije que teníamos un suplemento para todos los participantes, sin embargo, no me hizo mucho caso, pues recuerdo perfectamente como con una voz sumamente preocupada me dijo “Espérame, que aún tengo dos ciclistas extraviados en el terraplén (terracería)”, y ya eran casi las 9 de la noche.
Ante el caos que se avecinaba en Mexiquillo dejamos los suplementos en donde servían la cena para los ciclistas, que de inmediato se abalanzaron para ver sus fotos del primer día.

LLEGÓ LA LLUVIA
En este momento tomamos la decisión de buscar un sitio donde colocar nuestra pequeña casa de campaña, mientras César salió a La Ciudad en busca de provisiones, un servidor se encargó de armar la casa y justamente cuando terminé de colocar la última estaca, cayó junto a mí la primera gota de lluvia, una lluvia que no se detuvo hasta días después.
César llegó minutos después e ingresó a la casa de campaña con lo que su mochila le permitió cargar para tener una pequeña cena en medio de una tormenta, el frío y la humedad comenzaron a calar, y hoy tengo que confesar que en ese momento pude constatar que el tequila realmente ayuda mucho para no pasar frío.

CUATRO DE LA MAÑANA
A las cuatro de la mañana ya del 16 de septiembre, los murmullos en el parque nos despertaron, además de que ya nos empezábamos a preparar para encarar el segundo día de la ruta, sin embargo, en medio de la noche se escuchó, “la salida se retrasa una hora”, a las cinco de la mañana de nueva cuenta se escuchó “la salida será a las seis” y cuando la luz del día comenzó a iluminar el lugar la escena era realmente preocupante.
Decenas de ciclistas sacaban agua de sus casas de campaña, como podían trataban de mantener sus cosas juntas, porque el agua había subido un poco y no sólo se había metido a las casas, sino empezaba a arrastrar las pertenencias.
De pronto el camión recogería las maletas y el resto de las cosas, intentó llegar hasta los ciclistas, pero terminó atascado a un costado del pequeño río que cruza Mexiquillo.

RESGUARDADOS
Después de que los grupos comenzaron a cancelar sus salidas, poco se fue extendiendo el rumor de que la ruta se suspendería, hasta que por fin minutos antes de las 8 de la mañana una camioneta de tres toneladas llegó a recoger a los participantes que debido a la constante e intensa lluvia no tenían donde resguardarse.
Un servidor subió a la caja de la camioneta, a la par de que subíamos todos los víveres restantes en el camión que había quedado atascado, César en la motocicleta se trasladó hasta el sitio en donde fuimos resguardados.

SE CANCELA
Ya con todos los ciclistas en el salón Ejidal de La Ciudad, al cual era igual de complicado ingresar por el fango que llegaba hasta las rodillas, Jesús Rivera el Pichu, desde un improvisado escenario hizo oficial lo que todos ya sabíamos, la Ruta Durango Mazatlán 2006 se cancelaba debido a la llegada del huracán Lane a Mazatlán, y por la enorme cantidad de derrumbes que se había presentado en la carretera libre, de los cuales ni siquiera tenían un número exacto en esos momentos.

UNA SONRISA EN MEDIO DE LA TORMENTA
A pesar de que los deportistas perdieron muchas cosas en apenas algunas horas, como costosas piezas de sus bicicletas o bicicletas completas, celulares, ropa, artículos propios del ciclismo y sobre todo la ilusión de terminar la Ruta, su rostro empapado y sus quijadas temblando por el frío mostraban una sonrisa, una gran sonrisa al momento en que el Licenciado Vargas y Arturo Miranda arribaron al lugar para recoger la motocicleta de César y a un servidor, pero al mismo tiempo para entregar el segundo suplemento realizado por Contexto de Durango. Con mucho cuidado un servidor y Arturo ingresamos al salón con el suplemento en los brazos, y todo cambió, los ciclistas quienes ya estaban preparados en sus licras y con los brazos cruzados recargados a la pared, corrieron con los clips puestos para poder alcanzar uno de los suplementos con la esperanza de ver en las páginas alguna fotografía de ellos.
Ese día entendí que nuestro trabajo iba más allá de solo tomar fotografías, o hacer nota periodística, ese día nos convertimos en un momento de felicidad, fuimos responsables de sacar una sonrisa en medio de la tormenta.

Te recomendamos leer…

TAGGED: ,
Share this Article