Por: Martha Casas
Han sido interminables y angustiantes las horas sin la bebé. “Estamos desesperados, no encontramos respuestas, nadie nos dice qué sucedió y nadie nos la entrega”, expresó entre lágrimas Teresa de Jesús Rosales, abuela de la pequeña Judith Alejandra, la bebé de apenas un mes de nacida sustraída del Hospital Materno Infantil.
Desde el jueves por la tarde, los familiares permanecen a las afueras del hospital, donde la calle principal permanece cerrada por decisión de los propios allegados, quienes exigen respuestas ante el hermetismo de las autoridades.
La recién nacida había permanecido hospitalizada desde su nacimiento por un problema hepático derivado de su condición prematura. Requiere medicamentos y leche especial, lo que incrementa la preocupación por su salud y seguridad.
“Ni siquiera la conocíamos en persona confesó la abuela, no nos habían permitido entrar por ‘seguridad’, y ahora resulta una burla que alguien haya pasado sin filtros y se la haya llevado”.
Los familiares aseguran no reconocer a la mujer señalada como responsable del robo.
El abuelo, Adrián Rivas Márquez, fue más contundente: “No me voy a quedar callado. Aquí hay cosas raras, aquí se hizo el jale. Hay gente del hospital involucrada”, advirtió con evidente enojo.
Mientras tanto, los padres de la pequeña se encuentran rindiendo declaración ante la Fiscalía General del Estado, mientras las autoridades continúan con los operativos de búsqueda en distintos puntos de la ciudad.
