Presumen falla estructural en la identificación de personas en Durango.
Por: Martha Casas.
Por catorce años, la familia de Jessica Itzel Vargas González recorrió fiscalías, revisó carpetas, preguntó en instituciones y caminó caminos enteros aferrada a una sola esperanza: encontrar a su hija. Pero la verdad estaba oculta desde 2011.
El cuerpo de la joven había sido localizado apenas unos meses después de desaparecer, en una fosa clandestina de la colonia San Vicente, en la ciudad de Durango, pero nadie lo informó, nadie la buscó en los registros y Jessica terminó enterrada en una fosa común.
La historia La historia estremecedora fue revelada por el colectivo Buscando Emilio’s A.C., cuyos integrantes acompañaron a la familia en la identificación definitiva que llegó 14 años tarde, tras una cadena de errores institucionales que hoy exhibe una de las fallas más graves en los procesos de búsqueda e identificación en el estado.
De acuerdo con la familia, Jessica Itzel desapareció en febrero de 2011. En mayo de ese mismo año, autoridades hallaron un cuerpo femenino en la colonia San Vicente; sin embargo, no solo omitieron notificar a los familiares, sino que permitieron que el cuerpo fuera enviado a una fosa común, donde permaneció hasta este mes.
En 2019, la madre de la joven acudió a realizarse pruebas de ADN en la Fiscalía estatal. Tiempo después, le informaron que las muestras se habían extraviado. Una situación que prolongó aún más la incertidumbre y el sufrimiento.
Según un comunicado de la Asociación, fue hasta el 12 de noviembre de 2025 cuando la familia recibió finalmente el cuerpo de Jessica, exhumado de la fosa común para darle un entierro digno. El colectivo denunció que este caso evidencia no solo una negligencia individual, sino una falla sistemática en los procesos de identificación, donde muchos cuerpos localizados no se cruzan debidamente con las bases de datos de personas desaparecidas.
“Jessica estuvo ahí durante 14 años mientras su mamá la buscaba. Esto no puede volver a pasar”, expresó el comunicado firmado por la presidenta del colectivo, Carmen Rosario Soto Valle, al exigir que ninguna familia vuelva a enfrentar una doble desaparición: la de la vida y la de la identidad.
No es el único casoOrganizaciones de búsqueda insisten en que este caso no es aislado. Más de una década después, aún existen cuerpos sin identificar, registros incompletos y procesos forenses rezagados, lo que genera un daño irreversible a las familias que cargan con duelos suspendidos.
Jessica ya está con su familia para descansar finalmente en paz La familia de Jessica hoy después de todo este tiempo puede despedirla con dignidad, saber dónde descansa, pero la herida permanece abierta y aún hay muchas preguntas sin respuesta.
