-Una chamarra de cuero negra, jeans azules, lentes redondos, un bastón y su siempre fiel compañera, la guitarra
Por Geraldo Rosales
Durango, Dgo.
Era el año 2008, mayo para ser exactos, los medios de comunicación tuvimos la oportunidad de convivir con Facundo Cabral en rueda de prensa antes de su presentación, su personalidad, su forma de hablar, de reflexionar, sus historias de vida eran cautivadoras, llenas de paz de armonía.
Esa tarde reafirmó el profundo amor que sentía por nuestra patria, “México es mi renacimiento”, algo especial si recordamos que llego a presentarse en más de 165 naciones donde su obra se caracterizó por su mensaje espiritual y su tono de crítica social y protesta.
Con una silla en medio del escenario y su guitarra reposando a su izquierda, Teatro Ricardo Castro el abrió sus puertas y los duranguenses el corazón, no había nada preparado, el espectáculo fluyó conforme a las emociones, la espera habrá valido la pena para ese entonces Facundo festejaba 36 años de carrera con el público mexicano.
En esa misma visita y de forma gratuita Cabral ofreció también un histórico concierto en la plaza IV Centenario, ¿qué diferencia hubo del que dio en el Ricardo Castro? ninguna, la entrega y calidad de su testimonio fue la misma no variaron de una presentación a otra, no importó el boleto pagado o no.
Durante sus conciertos platicó anécdotas como aquella en la que tuvo reunión con el Alcalde de Durango de aquel entonces y que tenía algunos compromisos fuera, y que él (Facundo) se ofreció a dirigir la ciudad hasta el domingo, “alguna vez nos vamos a juntar en los parlamentos, no para discutir, sino para cantar”.
Otra historia que Facundo contó fue en la que una ocasión en un viaje a Guadalajara, mientras él jugueteaba con un niño, se le acercó una señora y le dijo que su hijo llevaba el mismo nombre, entonces él preguntó: “¿por mí?” y ella contestó: “sí lleva su nombre porque cuando estaba embarazada, estuve a punto de abortar y fue en ese momento cuando lo vi a usted en un programa y sus palabras me hicieron comprender que no podía quitarle ese regalo que es la vida, a un ser”.
Su máxima obra, su legado, su himno de batalla “No soy de aquí, ni soy de allá, en ese 2008 fue cantada por miles de voces duranguenses en unísono dejando siempre un dulce sabor de boca, (esa misma canción fue la última que interpretara en vida el artistas en su último recital en Guatemala).
Con una chamarra de cuero negra, jeans azul, lentes redondos, un bastón y su siempre fiel compañera, la guitarra, será la imagen que guardara el público duranguense de aquella última visita de Facundo Cabral a Durango pero sobre todo en nuestros corazones vivirá su legado musical, sus canciones, sus enseñanzas y su siempre espíritu de trovador.
*Facundo Cabral murió asesinado el 11 de julio de 2011 en Guatemala.