Por Carlos Adrián Alvarado Fernández
Gómez Palacio, Dgo.
Belleza, relajamiento y diversión, pero también una impresionante estampa de inspiración para el mejor pintor o escultor como justificación a la vista, eso representan las aguas saltarinas de Gómez Palacio.
Para algunos quizá no resulten ser tan impresionantes, pero para los chiquitines que han comenzado a visitarlas tras la llegada del calor, representan un espectáculo donde se gesta el entretenimiento.
Esa fuente de agua tipo pequeñas cascadas se ubica en la plaza principal de Gómez Palacio y en el momento de funcionar se convierten en una arrebatadora belleza.
Quizá lejos de representar un atractivo turístico es el lugar más visitado por los pequeños, esos que pasean por la plaza acompañados de sus padres tras comprar un elote o un algodón.
La espectacularidad de estas pequeñas cascadas de agua enorgullecen el sitio, las cuales desde este lunes comenzaron a funcionar desde que “apareció” el calor.
“¡Sin miedo al éxito!”, grito un pequeño quien con el permiso de sus tutores se dio un remojón, que al fin y al cabo está permitido siempre y cuando no se trate de desmanes.
Esta fuente es ejemplo de construcción de la ingeniería duranguense, la cual a un año de distancia ha causado impresión entre los visitantes, turistas y propios gomezpalatinos.
Se trata de una serie de conductores de agua, los que con gran fuerza lanzan el chorro de agua para después ir funcionando de manera paulatina, semejando que saltan, de ahí su nombre.
Sí, se trata de un auténtico espectáculo que produce una sensación de paz y que invita a la meditación o reflexión sentadas desde una banca.
Son maravillosas y su admiración es inevitable por lo que es de esperarse que está Semana Santa tengan mayores visitas y más porque las temperaturas siguen en aumento.