Por Gonzalo Martínez
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció el 27 de agosto una significativa reestructuración de su gabinete ejecutivo, en la que destacan la designación de 16 nuevos ministros. Entre ellos, resalta el nombramiento de Diosdado Cabello, uno de los líderes más prominentes del chavismo, quien asumirá el Ministerio de Interior, Justicia y Paz, un puesto clave dentro del gobierno.
Durante su alocución, Maduro subrayó que esta renovación busca “avanzar en los cambios necesarios para el fortalecimiento del Estado y del país”. En relación con Cabello, lo describió como alguien que “trae suerte” y que “sabe mucho de paz y justicia”, destacando su papel fundamental en el mantenimiento de la seguridad ciudadana y la paz en un país que enfrenta tensiones políticas tras las elecciones del 28 de julio, donde Maduro fue reelecto con el 51.95% de los votos.
La vicepresidenta Delcy Rodríguez fue ratificada en su cargo y, además, asumirá la cartera de Petróleo, un sector estratégico para la economía venezolana. Entre los otros nuevos ministros designados se encuentran Pedro Tellechea en Industrias y Producción Nacional, Menry Fernández en Agricultura Productiva y Tierra y Anabel Pereira en Finanzas y Comercio Exterior.
Maduro también confirmó la continuidad de varios ministros clave en su administración, como el canciller Yván Gil y el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López. Este proceso de renovación se produce en un contexto de creciente tensión política y económica en el país, con la intención de consolidar el poder del gobierno frente a las críticas de la oposición.
A pocos meses de las elecciones presidenciales, esta reestructuración refleja el esfuerzo de Maduro por reforzar su administración en medio de denuncias de fraude y cuestionamientos sobre la legitimidad de su mandato. La designación de figuras como Cabello en roles estratégicos evidencia la intención del gobierno de mantener un férreo control en un entorno político cada vez más complejo y desafiante.
