Por Itzel Rochel
Las 200 Áreas Naturales Protegidas federales de México cubren casi 91 millones de hectáreas de su territorio. Reservas de la biosfera, parques nacionales, áreas de protección de flora y fauna, áreas de protección de recursos naturales, monumentos y santuarios naturales son las seis categorías en las que se dividen las áreas naturales protegidas.
Existen 106 áreas de protección de recursos naturales, 73 parques nacionales, 5 monumentos naturales, 49 áreas de protección de flora y fauna y 19 santuarios. El Parque Nacional Desierto de los Leones en la Ciudad de México, la Reserva de la Biosfera El Pinacate en Sonora, la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca en el Estado de México y la Cascada de Agua Azul en Chiapas son algunas de las Áreas Naturales Protegidas más importantes.
Según el biólogo y ambientalista Daniel Morales Romero, en las 200 Áreas Naturales Protegidas existen 20mil especies de plantas y aproximadamente 10mil especies de animales, “Un Área Natural Protegida en realidad son lugares destinados a la preservación de los ambientes naturales con algún fin que se localiza con una biogeografía reconocida y ecología y, que obviamente”, comenta.
Los Espacios Naturales Protegidos contribuyen al control climático al influir en la formación de nubes, según la licenciada en Ecología Maribel Pallanez Murrieta, “Generan un amortiguamiento hacia el cambio climático a nivel global porque, al final de cuentas, la biósfera que es el planeta Tierra, la esfera de la vida está todo interconectado”, señala.
Los expertos coincidieron en que es crucial que el gobierno federal designe más personal para monitorear las 200 Áreas Naturales Protegidas a fin de evitar que la gente destruya estos ecosistemas mediante la caza furtiva, la tala de árboles, los incendios mediante el encendido de hogueras o la eliminación de colillas de cigarrillos.
