La recuperación de las economías de Latinoamérica empezará a darse en los mejores casos en 2022, aunque en otros países se extenderá hasta 2025 y será necesaria la participación de todos los sectores de la sociedad para poder impulsar esta reactivación, coincidieron expertos.
Durante los comentarios del informe “Atrapados: alta desigualdad y bajo crecimiento en Latinoamérica y el Caribe“, un reporte elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el expresidente de México, Ernesto Zedillo (1994-2000), destacó que la región de Latinoamérica ha sido la más rezagada de la economía global durante la pandemia.
Y esto, dijo, ha sido resultado de que “somos los más rezagados en contener” el avance del coronavirus.
Por ello, apuntó, mientras otras regiones del mundo recuperarán el Producto Interno Bruto (PIB) a finales de este año, en América Latina esto ocurrirá hasta finales de 2022.
Mientras que en México, donde el PIB cayó 8.2 por ciento en 2020, será hasta 2025 cuando esto vuelva a niveles de 2019, consideró.
“Las economías más productivas requieren de la edificación de un sólido Estado de derecho: el principio de igualdad ante la ley debe aplicarse efectivamente en todas las circunstancias”, zanjó.
Una “trampa” en el contrato social
Laura Chinchilla, expresidenta de Costa Rica (2010-2014), señaló que la región se encuentra en una trampa de desarrollo y, aunque el informe no lo dice, “sugiere que la trampa entre la desigualdad y bajo crecimiento significa que el contrato social no funciona”.
Señaló que el informe destaca el conjunto de factores que tienen atrapada a la región, específicamente los problemas de gobernanza, concentración de poder, percepción y violencia, entre otros.
No obstante, destacó que la discusión que plantea el informe “es oportuna” porque la región atraviesa por un momento de gran devastación pero esta “encrucijada” puede derivar en una oportunidad de cambio.
Desigualdades es una barrera
Para María Fernanda Espinosa, expresidenta de la 73 sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la persistencia de la desigualdad en América Latina es una de las barreras de crecimiento de la región.
Indicó que la pandemia es una lupa que “magnifica” los déficits estructurales de Latinoamérica por lo que urge atender estas desigualdades que conllevan a un bajo crecimiento económico.
Señaló que las desigualdades no son solo económicas, sino también de género y es bajo esa visión que deben atenderse. Indicó que es urgente el diálogo y un pacto social.
Mientras que Rebeca Grynspan, secretaria general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad en inglés), señaló que América Latina está atrapada en un PIB que no crece y en un contrato social que no se satisface, por lo cual es necesario trabajar en ello.
Afirmó que el tema del financiamiento para poder romper el círculo vicioso es un tema tan importante como los demás, “porque necesitamos los recursos para poder hacer las tareas que nos saquen de la trampa”, apuntó.
Y señaló que este estudio da claves para establecer el camino a seguir y saber cuál es la secuencia en la que se puede acercar más a la sociedad que se quiere y así salir de la trampa.
El informe
Latinoamérica estará “atrapada” entre la alta desigualdad y el bajo crecimiento económico hasta que sus Gobiernos implementen políticas integrales que mejoren y universalicen la protección social de la población, según revela un informe publicado por la ONU.
Su tesis es que Latinoamérica y el Caribe están en una “trampa dual” persistente de alta desigualdad y baja productividad alimentada por tres factores conectados entre sí: la concentración de poder, la violencia en todas sus formas y unas políticas de protección social que no funcionan bien.
Con información de EFE