Por Martha Casas
Durango, Dgo.
El abstencionismo de esta elección se debió mucho al hartazgo de la sociedad, pero también a la guerra sucia que se observó durante las mismas y es que psicológicamente estas campañas fueron muy cansadas a pesar de que fueron cortas, así lo consideró la presidenta de la Federación de Psicólogos en Durango, Elizabeth Blas Soto.
Los procesos masivos ciudadanos como las elecciones también alteran la psicología de los individuos por ello se tiene incluso una rama denominada la psicología política e incide en episodios como el que acaba de vivir Durango.
“Generalmente las campañas suelen ser muy invasivas psicológicamente y generan ciertos impactos y cambios a nivel neuronal”, en cada individuo es diferente y el efecto depende de la personalidad, de las creencias y de las emociones.
De tal suerte que, las elecciones que recientemente vivió Durango fueron de por sí atípicas, aunque cortas, pero intensas y con guerra sucia, temor y presunción es de diversas violaciones a las leyes electorales; todo ello en conjunto con el desencanto que hay con la clase política, llevó a resultados austeros en cuanto a la democracia.
Los números revelan que de cada 10 duranguenses solo 4.5 acudieron a las urnas a sufragar, el resto prefirió abstenerse.
Y es que desde la psicología el bombardeo de las campañas es tan intenso que al final se va provocando el síndrome del quemado, hay hastío y poco interés en ejercer un voto.
De tal manera que la poca participación de alguna manera está provocada por el bombardeo excesivo de la suciedad de las campañas que al final de cuentas genera un hartazgo social y viene un periodo (entendible) de rechazo y desilusión.
Y como en todos los procesos cognitivos puede pasar un tiempo para que se regenere el interés del ciudadano en los temas políticos.
En este caso, los políticos deberían siempre tener campañas de altura y de respeto hacia los ciudadanos, manifestó la psicóloga entrevistada.