Durango, Dgo.
El arzobispo José Antonio Fernández Hurtado, realizó una visita pastoral al Centro de Reinserción Social 1 (Cereso), ubicado en la ciudad capital, con motivo de celebrar la misa solemne de la primer fiesta patronal que se organizó con los internos de este centro, siendo hombres y mujeres los participantes.
Durante la eucaristía recibieron los sacramentos de primera comunión y confirmación a tres internos. Esta fiesta patronal se realizó por la conmemoración de San Maximiliano María Kolbe, que estuvo preso en un campo de concentración, y que su devoción a la Inmaculada Concepción le hizo soportar las penalidades de ese lugar, incluso hasta dar la vida por uno de sus compañeros.
Fue director espiritual de Niepokalanów, Polonia y luego de tres años, mientras se daba la Segunda Guerra Mundial, fue apresado junto a otros frailes y enviado a campos de concentración en Alemania. Poco tiempo después, el día de la Inmaculada Concepción, Maximiliano fue liberado.
Pero en 1941 es nuevamente prisionero y llevado al campo de concentración de Auschwitz, donde prosiguió su ministerio a pesar de las condiciones de vida. Cierto día, el comandante del campo ordena escoger a 10 prisioneros para ser condenados a morir de hambre.
Entre los hombres escogidos estaba el sargento Franciszek Gajowniczek, un polaco casado y con hijos. San Maximiliano, que no se encontraba dentro de los 10 prisioneros, se ofreció a morir en su lugar. El comandante del campo aceptó el cambio y luego de 10 días de su condena y al encontrarlo todavía con vida, los nazis le aplicaron una inyección letal.
De esta manera San Maximiliano María Kolbe da testimonio y ejemplo de dignidad, en medio de la más terrible adversidad. Actualmente es patrono de quienes se encuentran privados de su libertad física.