El secretario general de Gobierno, Arq. Adrián Alanís Quiñones acompañado de Pedro Ávila Nevárez, así como familiares y amigos recordaron al exgobernador.
25 aniversario luctuoso
Durango, Dgo.
Armando del Castillo Franco, como gobernador, privilegió la planeación y la ejecución de obras en beneficio de los más necesitados, no sólo con obras en la capital del Estado como la construcción del bulevar Dolores del Río, sino también con la construcción de 119 clínicas IMSS Coplamar en las regiones más pobres de la entidad, destacó el secretario general de Gobierno, Adrián Alanís Quiñones, ante el monumento erigido en la memoria del exgobernador del Estado en la avenida Lázaro Cárdenas.
Acompañado por Pedro Ávila Nevárez, dirigente del Frente Cívico Revolucionario Adolfo López Mateos, así como de hijos y nietos del extinto político, Adrián Alanís Quiñones rememoró anécdotas, donde destacó la oratoria del político, pero sobre todo, su afán por que Durango avanzara en su desarrollo.
Dijo que desde que supo de su nominación como candidato, Armando del Castillo emprendió la planeación de obras que se requerían, como el entubamiento de la entonces acequia grande, para unir dos áreas urbanas que habían estado hasta entonces separadas, el lado del Centro de la Ciudad con el Barrio de Analco, mientras que en materia de salud, se buscó llevar la atención hasta las regiones más apartadas de la entidad, donde se requería la atención para las familias, en especial de la región indígena.
Por su parte, Pedro Ávila Nevárez, dirigente del Frente Cívico Revolucionario Adolfo López Materos, hizo un recuento de la vida de Don Armando del Castillo, como político, su paso por la Legislatura y los cargos que ocupó hasta llegar a la gubernatura, donde hasta hoy es recordado como uno de los mejores Mandatarios que ha tenido nuestra entidad.
A nombre de sus familiares, correspondió al joven Rodrigo del Castillo, nieto del homenajeado, hacer un recuento de la vida familiar de su abuelo, a quien recordó como un gran hombre y abogado, ejemplo y orgullo para su familia, un hombre que siempre vio por los demás y que fue acompañado en vida por la señora Esther Belmar, quien junto con su esposo emprendió la labor social en beneficio de los duranguenses.