La Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef pidieron a los gobiernos de Europa que abran las escuelas para que los niños puedan seguir clases presenciales ante el próximo inicio del curso 2021-2022 en los países del hemisferio norte, a los que ha recomendado aplicar medidas de prevención para minimizar el riesgo de contagio de coronavirus.
A lo largo de la pandemia, que ya dura veinte meses, se ha constatado que los colegios no han sido entornos super propagadores del coronavirus, mientras que los niños siguen figurando en la categoría de grupos de menor riesgo frente al COVID-19.
La Oficina para Europa de la OMS dijo que, para permitir que los niños vuelvan al colegio, las medidas necesarias son ofrecer a los profesores y al personal que trabaja en los centros educativos la posibilidad de vacunarse, lo que también deben hacer los escolares mayores de doce años que sufran alguna enfermedad que los hace particularmente vulnerables si contraen COVID-19.
En cuanto a las medidas relacionadas con el espacio de las escuelas, se recuerda que siempre debe favorecerse una buena ventilación, que el número de alumnos por cada sala de clase sea limitado -siempre que sea posible-, que se mantenga la distancia física y que los niños y trabajadores puedan hacerse pruebas de diagnóstico regularmente.
La situación en Europa ante la reanudación del curso es sensible en vista de que la variante Delta de COVID-19, que es más contagiosa, es ahora la predominante en este continente.
El director de la OMS en Europa, Hans Kluge, recordó que la pandemia ha causado la mayor interrupción de la historia en la educación y que regresar a las escuelas es importante para los niños no solo para avanzar en la enseñanza, sino también por cuestiones psicológicas y de relaciones sociales.
La vacunación es considerada el arma más poderosa para que los países puedan iniciar el año escolar de forma más o menos normal y la vacuna de Pfizer es la que por el momento ha sido autorizada en Europa a partir de los doce años.
En varias partes del mundo las clases llevan interrumpidas más de un año, con la posibilidad de seguir los cursos de forma virtual, una opción que es aconsejable en medios urbanos, pero que deja de lado a las poblaciones que viven en áreas rurales donde la conectividad funciona peor, así como las familias de ingresos bajos que no pueden costearse las herramientas tecnológicas necesarias.
Latinoamérica es una de las regiones donde esa situación es más patente, con varios países que se encuentran en los últimos meses del segundo año de la escuela a distancia, lo que está generando tensiones entre quienes piden la reapertura de los colegios y los que rechazan enviar a sus hijos a clases presenciales hasta que no se controle la pandemia.
Con información de EFE