La Organización Mundial de la Salud (OMS) consideró hoy que la pandemia de COVID-19 avanza ahora a dos velocidades, la primera la de los vacunados que aunque pueden volver a infectarse desarrollarán, en la gran mayoría de casos, un cuadro moderado; y la de los no vacunados, que representan entre el 80 y 90 por ciento de los enfermos con infecciones graves, hospitalizaciones y de decesos.
Esto no debe interpretarse de ningún modo como una falta de eficacia de las vacunas”, aseguró hoy la directora del Departamento de Inmunización de la OMS, Kate O’Brien.
“A medida que la cobertura de vacunación aumenta, entre los (nuevos) casos habrá una mayor proporción que corresponderá a gente vacunada. No es sorprendente que habiendo más gente vacunada veamos un mayor número de recaídas entre ellos”, señaló en una rueda de prensa.
Aseguró que “esto no significa que la vacuna no proteja, sino que cada vez más personas están vacunadas”.
Lo que está muy claro es que el mayor riesgo es para los no vacunados, así que tenemos una pandemia a dos velocidades, con la gente que no está vacunada que representa entre el 80 y 90 por ciento de los hospitalizados, dijo la experta en la presentación de las últimas recomendaciones del grupo que asesora a la OMS en cuestiones de inmunización.
Sobre la nueva variante ómicron y cómo responde a las vacunas, los expertos señalaron que es muy pronto para pronunciarse y hay que esperar a que se revisen las evidencias científicas que se reunirán en las próximas semanas.
O’Brien comentó que se teme que ómicron genere una nueva presión sobre el aprovisionamiento de vacunas y que revierta la voluntad que han mostrado en las últimas semanas los países ricos de donar sus vacunas en exceso a los países pobres, e insistan en inmunizar con una dosis de refuerzo a toda su población y no sólo a los grupos de mayor riesgo.
La contención de la pandemia no funcionará “a menos que las vacunas lleguen a todos los países donde la transmisión continúa y de donde vienen las variantes. Se necesita una estrategia global más racional sobre cómo se va a detener la pandemia”, dijo la científica.
O’Brien también confirmó que los datos analizados arrojan que la inmunidad que ofrecen las vacunas en general tiene una duración de hasta seis meses.
Por otra parte, el grupo asesor de la OMS recomendó formalmente que los países actúen con flexibilidad a la hora de planificar las próximas fases de sus programas de vacunación para contener la pandemia, que sólo la semana pasada causó 4.1 millones de nuevas infecciones confirmadas y 52 mil muertes en el mundo.
Esa flexibilidad consiste en poder inmunizar a la gente con la primera dosis de una vacuna y la segunda dosis de otra, lo que permitirá a los países que no tienen reservas de vacunas enfrentar el problema de un suministro imprecedible.
Por otro lado, numerosos países tienen hasta cuatro vacunas en sus planes de inmunización contra el COVID-19 y poder combinarlas evitará que parte de esas existencias venzan y se pierda, comentó O’Brien.
No obstante, los expertos consideran que siempre que sea posible se den las dosis del mismo producto.
Las vacunas que han sido autorizadas por la OMS ofrecen “una protección robusta al menos seis meses contra formas severas de la enfermedad, aunque se ha observado cierta disminución (de la eficiacia) frente a cuadros graves, especialmente en adultos mayores y personas con enfermedades subyacentes”, detalló el presidente del grupo, Alejandro Cravioto.
Con información de EFE