Por María Esther Beltrán Martínez
Fotos: Museo Nacional del Prado
El Museo Nacional del Prado en su reciente exposición Reversos, presenta al visitante una experiencia única. Por primera vez vera la “cara oculta” de Las meninas en la exposición y la obra maestra original de Velázquez en su ubicación habitual, la sala 12 del edificio Villanueva.
“Se trata del único facsímil del reverso de Las meninas y, por tanto, es idéntico en medidas (320,5 x 281,5 cm), materiales y tejidos. Además, reproduce de forma exacta los remaches, manchas y vetas de la madera”, explica el curador Miguel Ángel Blanco.
Reversos, presenta la cara B del soporte pictórico, sea tabla, tela, metal o piedra, es un espacio privado, íntimo. Solo el artista y, subsidiariamente, el coleccionista, conocerán el secreto escondido en el reverso, vedado a los demás, al público.
Por primera vez verá un testamento, una cara de una virgen, dedicatorias, sellos y esquelas de coleccionistas, pinceladas del artista Picasso entre otros aspectos nunca vistos.
“La muestra tiene como punto de partida la obra de Las Meninas de Velázquez, obra maestra en la cual el artista nos recuerda al representar el reverso de un lienzo de grandes dimensiones tras el que se autorretrata que la pintura es artificio y que el cuadro no es una ventana albertiana sino un trozo de tela clavado a un bastidor de madera. El medio no es transparente y el plano de la representación tiene dos caras: una se nos muestra y sustenta la imagen, la otra no se ve. Esa cara oculta, que contiene no pocas veces información de gran interés y relevancia, es un espacio privado, exclusivo”, explica Blanco.
Ver por primera vez el reverso de Las meninas, a través de una obra inédita de Vik Muniz que forma parte de su serie Verso. La fotografía del reverso de Las meninas se hizo en junio 2018, – explica el curador- aprovechando que se descolgaba para realizar un estudio técnico de la obra, y el artista tardó dos años en reproducir en tres dimensiones la imagen con todos los detalles del marco, el bastidor y el lienzo. Tanto el marco como el bastidor son de madera de pino en ambas obras. La madera de la obra de Vik Muniz es muy similar en vetas y nudos a la de Las meninas de 2 Velázquez. Los nudos que aparecen en el original y no estaban en la madera de esta obra se han pintado exactamente como el original para crear una réplica lo más exacta posible. El marco actual de Las meninas es de la década de 1920, hecho por la familia Cano. Vik Muniz y Barry Frier contactaron con los herederos para intentar conseguir un elemento metálico que está abajo a la izquierda en el original pero ya no se fabrican. Finalmente lo encontraron en el Rastro de Madrid Se ha replicado también el vestigio de un adhesivo que estuvo en algún momento en la parte superior del marco de Las meninas y la pequeña placa con el número de inventario del Museo del Prado. Con la obra descolgada, se hizo un conteo preciso de cada uno de los hilos de lino del lienzo de Las meninas. El lienzo de la obra de Vik Muniz es también de lino y tiene el mismo número de hilos. Las manchas oleosas que traspasan el lienzo y que se aprecian en la trasera de la obra de Velázquez se han reproducido con gouache y acuarela.
Muestra reversos que esconden valiosa información y suculentos secretos de autores como Rembrandt, Picasso, Van Gogh (1853-1890), René Magritte (1898-1967), Lucio Fontana (1899-1968), Pablo Palazuelo (1915-2007) , Antoni Tàpies (1923-2012), Sophie Calle (1953), Vik Muniz (1961), Michelangelo Pistoletto (1933) y José María Sicilia (1954) o Wolfgang Beurer (f. 1480-1504), Louis-Léopold Boilly (1761-1845), Carl Gustav Carus (1789–1869), Vilhelm Hammershøi (1864–1916), Martin van Meytens (1695-1770), Wallerant Vaillant (1623-1677), Ernst Ludwig Kirchner (1880-1938) y Max Liebermann (1847-1935).