Por Martha Casas
Durango, Dgo.
Entre cinco y seis negocios afiliados a la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac) han cerrado sus puertas durante este año ante la situación complicada, además es grave y cada vez mayor el problema de la informalidad, llegando al extremo de que por cada restaurante debidamente establecido, existen seis informales.
Así lo dio a conocer en entrevista Adriana Porras, presidenta del organismo restaurantero, al señalar que la situación ha llegado a ser triste y muy lamentable para quienes se dedican a este giro económico.
“Esto nos preocupa, nos pone tristes, pero pues es a consecuencia de la falta de liquidez en la economía, durante el año hemos venido comentando que ha sido un 2023 complicado y estas son las consecuencias, no aguantaron”, externó Porras al referirse al cierre de unidades restauranteras.
Precisó que de los que pertenecen a la Canirac son algunos cinco restaurantes los que han cerrado pero indudablemente existen muchos más, algunos no están afiliados, pero se han dado cuenta de su aparición y luego desaparición porque muchas veces se trata de proyectos nuevos que no alcanzaron a salir este año.
Los gastos no esperan, hubo fuertes aumentos en los restaurantes y desafortunadamente no pudieron seguir este paso y aún existen muchos que estarían en riesgo si las condiciones no mejoran este fin de año, porque luego vienen los temas de las cuestas de enero y febrero y va a estar más difícil, adicionalmente que se esperan aumentos muy importantes en productos alimenticios.
LA COMPETENCIA DESLEAL
Las políticas públicas del gobierno federal, impuestos, incrementos, inflación, llevan a muchos a generar informalidad y esto representa una competencia desleal que también ha repercutido en el cierre de empresas, informó la entrevistada.
De acuerdo a Inegi, la informalidad creció en este año 9.8 por ciento en Durango, en el caso particular de los restaurantes se observa una gran informalidad durante todas las noches en el centro de la ciudad, amén de quienes deciden vender en línea o en círculos pequeños.
De alguna manera se puede entender a quienes residen bajo la informalidad porque no pueden con gastos como el IMSS, los impuestos, un local y prefieren irse a la informalidad donde aparentemente tienen ventajas, aunque en realidad estén haciendo un daño significativo.