Por Gonzalo Martínez
El Partido de la Revolución Democrática (PRD), fundado el 5 de mayo de 1989 por destacados líderes como Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez y Andrés Manuel López Obrador, junto con otros miembros destacados de la izquierda como Heberto Castillo y Gilberto Rincón Gallardo, ha visto cómo en la práctica ha perdido su estatus como partido político al no alcanzar el umbral mínimo del tres por ciento de los votos en las elecciones más recientes. Con solo el 1.86 por ciento del total de votos, el PRD no ha podido cumplir con los requisitos establecidos por la Ley General de Partidos Políticos.
De acuerdo con los datos del cómputo distrital del Instituto Nacional Electoral (INE), el PRD recibió un total de un millón 113 mil 870 votos, representando apenas el 1.86 por ciento del total de votos emitidos. Esta cifra está muy por debajo del tres por ciento requerido por la ley para mantener su registro como partido político. Además, en las elecciones para senadores y diputados, los resultados también fueron insuficientes, con el partido recibiendo únicamente el 2.33 por ciento y el 2.50 por ciento de los votos respectivamente.
Jesús Zambrano, presidente del PRD, ha expresado su decepción y preocupación en diversas entrevistas. Ha afirmado que el partido explorará todas las opciones disponibles, incluyendo la revisión de votos nulos y la impugnación de los resultados, en un esfuerzo por revertir la pérdida del registro. A través de sus redes sociales, Zambrano ha criticado enérgicamente el proceso electoral, denunciándolo como inequitativo y acusando al presidente de la República de interferir de manera indebida en las elecciones.
A pesar de estos esfuerzos, la situación del PRD parece ser sumamente complicada y las posibilidades de que el partido recupere su registro son escasas. Esta pérdida marca el fin de una era para uno de los partidos que durante décadas ha sido un actor importante en la política mexicana.