Presidenta

Christian Ramirez
Christian Ramirez 07/09/2023
Updated 2023/09/08 at 11:18 PM

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

Claudia Sheinbaum es candidata a la Presidencia por el Movimiento Regeneración Nacional. Finalmente, la certeza llegó y se confirma lo ampliamente aquí escrito: en 2024, México elegirá a su primera mujer presidenta. Claudia Sheinbaum, de Morena, y Xóchitl Gálvez, del Frente Amplio por México, están en la contienda, y las palabras de estas destacadas mujeres (le pese a quien le pese) resuenan, desde ahora, con una claridad inconfundible: una mujer nos gobernará el próximo sexenio. A todas. A todos.

Esta semana, Morena eligió a Claudia Sheinbaum como su candidata a la Presidencia. Tras puntear en todas las encuestas desde hace al menos un año, en un proceso que, inevitablemente, iba generar divisiones y confrontación por su diseño. Todo lo que ha venido ocurriendo es tan inédito, que estamos teniendo dificultad para entender varias de las claves más relevantes del proceso. Ni Claudia Sheinbaum es ni será el títere de López Obrador, ni Xóchitl Gálvez es ni será el títere de Claudio X. González. Pensarlo y decirlo constituye, en sí, un acto de profundo sesgo, desconocimiento y hasta misoginia. En ambos casos. Nadie sabe qué presidenta será Claudia, si gana. Ni siquiera Claudia Sheinbaum lo sabe todavía. Nadie sabe qué presidenta será Xóchitl, si gana. Ni siquiera Xóchitl Gálvez lo sabe todavía. Las dos han sido unos animales políticos extraordinarios: tan es así, que ambas triunfaron en sus respectivos procesos. No sin enfrentar locomotoras de fuego amigo, de obstáculos y desestimaciones. Es más: no sabemos siquiera qué candidatas serán el año que entra, qué ajustes harán, qué matices incluirán, qué segmentos de voto adicionales al que ya tiene cada una irán conquistando, qué inercias propias romperán, qué riesgos están dispuestas a correr. En fin, a la gente, y a mis colegas opinadores, les cuesta muchísimo trabajo leer y entender una cosa tan elemental como la preferencia sostenida (una durante más tiempo que la otra) en las preferencias de la opinión pública; lo que es, es. Pero qué trabajo le cuesta a todo el mundo entender y aceptar la realidad. Sobre todo cuando la realidad atenta contra nuestra rigidez mental, emocional y cultural. Sí: a Claudia la prefirieron (y con números de gran relevancia) en la encuesta de Morena. Y sí, a Xóchitl en la del Frente Amplio.

Lo escribí hace unas semanas: este momento es histórico. Durante mucho tiempo, el espacio político ha estado dominado por hombres, lo que ha limitado la participación y el liderazgo de las mujeres en este ámbito. El triunfo de Claudia Sheinbaum como candidata de Morena nos lleva a pensar en el impacto que podría tener una mujer presidenta en 2024. Cada una de ellas tiene fortalezas distintas y experiencia también. Ya nos hará cada una sus propuestas. Pero estamos ante un hito relevantísimo en la historia de México. Este logro sería un símbolo de empoderamiento y una señal de que las mujeres están rompiendo muchísimas barreras y ocupando cada vez mayores roles de liderazgo en todos los ámbitos de la sociedad.

Decía Simone de Beauvoir: “No se nace mujer: se llega a serlo”. Pues sí: tampoco se nace presidenta, se llega a serlo. ¡Qué emocionante para todas y para todos vivir este momento!

Felicidades, Xóchitl. Felicidades, Claudia. Sus nombres ya están, desde ahora, en la historia de nuestro país. Gracias a ustedes, afirmamos hoy, con grado de certeza, México tendrá su primera presidenta.

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