JOSÉ MIGUEL CASTRO CARRILLO
Sanar nuestras emociones es el proceso de reconocer, permitir, aceptar, integrar y procesar las experiencias y emociones dolorosas, lo que implica que veamos en nosotros la empatía, autorregulación, autocompasión, auto aceptación, atención plena y la integración.
Hay quienes tienden a querer controlar el proceso de sanación emocional minimizando el dolor y controlando sus emociones, pero esto puede inhibir el proceso de sanación emocional, ya que gestionar nuestro estado emocional puede variar por personas, para unos puede que sea más largo y tumultuoso, pero para otros, puede ser más corto y sencillo.
Todos experimentamos desafíos y emociones negativas que nos causan dolor y necesitan ser procesadas debido a factores estresantes de la vida, de los cuales podríamos necesitar una curación emocional como la pérdida de un ser querido, un divorcio, rupturas amorosas, pérdida de trabajo, abuso, enfermedades severas o terminales.
También es posible experimentar con la ira, tristeza y una ansiedad que se intensifica, persiste y parece inquebrantable, y que se siente como si estuviera apoderándose de nuestra vida, lo que puede causar un deterioro funcional en nuestras actividades.
Por ello, es de vital importancia encontrar una forma que nos ayude a gestionar las emociones y encontrar claridad e inspiración de la vida. Debemos practicar la autocompasión, lo que nos ayudará a aumentar el bienestar que aquellos que no lo hacen, agradecernos a nosotros mismos, y, sobre todo, pedir ayuda y apoyarnos en alguien más.
Debemos sentir nuestras emociones, se puede experimentar una variedad de sentimientos profundos, como tristeza, dolor o rabia, lo que no es agradable y es tentador quererlas ignorar o apresurarte para superarlas, y en la mayoría de las ocasiones podrá ser incómodo, pero reconocer los sentimientos difíciles es parte de la sanación.
El progreso nunca será lineal, por lo que a veces podemos sentir que no avancemos, pero el sentirnos decaídos no debe menguar nuestra intención y desvalorar nuestro progreso.
En ocasiones, no nos gusta el estado emocional en el que nos encontramos y nos infunda miedo, pero en este caso nos ayudan algunos de los beneficios para la salud que están asociados con las emociones positivas como mejor salud cardiovascular, vida útil y potencialmente más larga, reducción en la producción de la hormona del estrés, ritmo cardíaco más bajo, menos probabilidades de desarrollar enfermedades como resfriado o gripe.
Cuando intentamos curarnos emocionalmente de algo, puede ser muy fácil retroceder a eventos pasados o esperar una catástrofe en nuestro futuro y las prácticas de atención plena pueden ayudar a estar en el momento presente y ver que, en este momento, estamos bien.
Se requiere dar el permiso para sentir la plenitud de la pena, enojo, dolor o pérdida sin adjuntar más significados, historias o pensamiento, lo que puede ser profundamente curativo y útil para procesar las emociones.
Mientras experimentamos emociones difíciles, podemos tratar de mover el cuerpo y nos ayudará a procesar nuestros sentimientos. En la naturaleza, un impala que escapa de su depredador instintivamente “se sacudirá” el evento traumático, recuperando el movimiento completo de su cuerpo y podemos hacer lo mismo. Las técnicas terapéuticas psicocorporales ayudan a procesar y mover el trauma y las emociones desde el interior del cuerpo, lo que implica que una persona se vuelva consciente de sus sensaciones corporales internas y brindarle conciencia. Y así, sanar nuestras emociones nos ayudará a vivir una vida más plena y feliz.