El representativo duranguense vivió su primer torneo nacional en el Élite National Down Fest, celebrado en la entidad de Chihuahua
Por Luis Juárez
Del 13 al 15 de junio, la Selección Élite Down de Básquetbol duranguense logró vivir su primer torneo nacional en el Élite National Down Fest, con sede en la entidad de Chihuahua, sueño que por fin tomó forma y que, más allá de los resultados deportivos, dejó una lección de amor, coraje y esperanza.
Frente a duros rivales como Querétaro, Puebla, Chihuahua A, Chihuahua B y Coahuila, fue con quienes los duranguenses dieron todo de sí en la cancha con cada jugada, cada pase, cada tiro, dejando su alma en ello. Aunque el triunfo no se reflejara en el marcador, la verdadera victoria estaba ya en la cancha: la inclusión, el esfuerzo y el orgullo de representar a Durango con el corazón por delante.
La selección esta conformada por: Santiago Martínez Tuero (13 años), Samuel Pereda Olguín (15 años), Ángel Hanniel Blancas Arreola (15 años), Luis Alonso Gutiérrez Hernández (15 años), Emilio Fernández Bermúdez (16 años), Diego Fragoso Peña (18 años).

Cabe mencionar a otros cuatro guerreros que no pudieron viajar por situaciones de salud o personales, ellos son Ana Sofía Carrillo Sánchez, Adolfo González González , Ángel Arciniega Amador y Emiliano Frias Ortiz, quienes sin lugar a dudas hicieron falta en la duela.
Bajo la dirección técnica de los coaches Mariel Alvarado y José Luis Reyes, y con la entrega incondicional de la delegada María de la Luz Macías, este equipo no sólo jugó básquetbol: jugó por sus sueños, por sus familias y por un país que necesita más espacios para creer en la capacidad de todos sus niños y jóvenes, sin distinción.
Uno de los momentos más emotivos del torneo fue la ceremonia inaugural. La canción “Durango, Durango”, interpretada por el dueto Esteban y Lauro, resonó fuerte en el Gimnasio Adaptado, acompañando el desfile de la selección duranguense.
Esta primera participación de los integrantes de la Asociación de Deporte Adaptado de Durango (ADAD), es solo el comienzo. Porque cuando el corazón juega, siempre se gana gracias, guerreros de la inclusión, por recordarnos lo que realmente importa: creer, luchar y nunca dejar de soñar. Gracias Fundación Elite México Basquetball Program por tomar en cuenta a Durango.