Por Juan Carlos Ayala
Esta semana es crucial para la democracia de nuestro país. Las votaciones en la Cámara de Senadores sobre las reformas al Poder Judicial están previstas para estos días. ¿Será este el comienzo del fin? ¿O simplemente reaparecerá ese PRI rancio del que tanto se quejaba Vargas Llosa, ahora promovido por el nuevo régimen? ¿Estarán recordando sus viejos tiempos?
A diferencia de aquellos años, esta “Dictadura Imperfecta” que intentan establecer enfrenta muchos problemas. En ese entonces, el oficialismo se sostenía con principios como un crecimiento superior al 6% anual, paz social, control de los medios, dominio electoral y corrupción institucionalizada. Hoy en día anhelan lo mismo, pero no lo han logrado. Bueno, la última es la única que han seguido al pie de la letra.
Espero que esta “Dictadura Imperfecta” sea solo un bache más en los muchos que tiene la historia de nuestro México y que, finalmente, se cultiven las ganas de participar y mejorar nuestra sociedad. Que, por fin, la oposición tome la bandera del cambio, presente propuestas y planes de mejora, y logre capitalizarlo, que tanta falta nos hace.
Dicen que quien no conoce su historia está condenado a repetirla. Cada vez estamos más cerca de repetir los años sesenta, pero debemos estar listos para llegar a los años dos mil treinta con un proyecto de nación claro y vanguardista. ¿Qué son setenta años de retraso? Es urgente comenzar a sumar proyectos, definir posturas y cultivar mentes. Necesitamos renovarnos o morir.
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