Armando Ríos Piter
Por una #SociedadHorizontal.
En los cuatro años de la presente administración, el Poder Judicial se ha convertido en la última instancia de decisión sobre múltiples temas que han generado enorme atención social y polémica. Desde el tema eléctrico, hasta la prisión preventiva oficiosa, han dejado evidencia de que la polarización política que se vive en el país, se ha trasladado a las paredes del viejo edificio donde radica la Suprema Corte de Justicia de la Nación. En este contexto, se da el cambio de presidente del máximo órgano jurisdiccional.
Al rendir su cuarto y último informe de labores, Arturo Zaldívar, afirmó que “entrega un Poder Judicial sólido y que no se deja presionar”. También aseguró que durante su administración “se logró desarticular las redes de corrupción, el tráfico de influencias que operaban en la Judicatura y se erradicó el nepotismo”. Palabras de un funcionario que termina su período de administración. Habrá que hacer una evaluación a fondo de los avances y retrocesos que se han tenido en este ámbito. Por lo pronto, para la organización México Evalúa, “el 94.8% de los casos denunciados en México quedan impunes como resultado de un sistema que no cuenta con herramientas de priorización ni capacidades suficientes”. Para dicho centro de investigación, “en la práctica, ningún delito se esclarece realmente y sólo se repara el daño al 0.30% de las víctimas de un delito”. Es evidente que falta mucho por hacer en materia de impartición de justicia.
El día de hoy, 2 de enero, está previsto que se realice la sesión pública en la cual se definirá el nombre del nuevo presidente o presidenta de la SCJN. Cabe recordar que el pasado 6 de diciembre, se publicaron los proyectos de los cinco aspirantes a la presidencia del máximo tribunal, cargo para el que se encuentran apuntadas las ministras Norma Lucía Piña Hernández, Yasmín Esquivel Mossa, y sus compañeros Alberto Pérez Dayán, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Javier Laynez Potisek. Se dice que la apuesta del presidente López Obrador, para quedarse al frente del máximo órgano jurisdiccional, es Yasmín Esquivel. Es probable que, por esta razón, la ministra haya estado sujeta a un duro golpeteo a lo largo de las últimas semanas.
Esquivel Mossa ha sido acusada de plagiar la tesis titulada Inoperancia de los sindicatos en los trabajadores de confianza del artículo 123 apartado A, la cual fue publicada un año antes por Ulises Báez Gutiérrez. De acuerdo con documentos aportados por el investigador Guillermo Sheridan al portal LatinUS, la abogada se tituló en septiembre de 1987 utilizando una tesis similar en contenido que se aprobó en julio de1986. La propia UNAM ya estableció que existe un “alto nivel de coincidencia” entre el trabajo de la magistrada y el presentado un año antes por Báez Gutiérrez, pero ha afirmado que no cuenta “con elementos suficientes para establecer responsabilidades”, por lo que ha aplazado su decisión sobre el presunto plagio, hasta después de la votación en la Suprema Corte. Incluso el rector, Enrique Graue, ha salido a afirmar que “la revisión académica de los contenidos de ambas tesis, sus fechas de publicación, así como los archivos físicos y digitales de la universidad, hacen presumir que la tesis original fue la sustentada en 1986″, es decir, la de Báez. No se entiende por qué la UNAM decidió aplazar su posicionamiento en este tema. Tratándose de un asunto tan trascendental, el prestigio de una institución como el de la máxima casa de estudios, daría certidumbre y claridad en un tema tan delicado.
Habrá que estar atentos a lo que hoy ocurra. Tan sólo recordar que la elección anterior requirió de 40 votaciones para alcanzar un acuerdo definitivo. En mi opinión, por el simple hecho de estar cuestionada, debería ser motivo suficiente para que la ministra Esquivel se abstuviera de mantener su participación en el proceso de elección que hoy inicia.
Si, como afirmó Saldívar, se lograron “desarticular las redes de corrupción y el tráfico de influencias”, este asunto deberá esclarecerse y no quedar como un escándalo mediático más. En un momento como el que vive la República, contar con un Poder Judicial confiable, es fundamental para aminorar la tensión que se vive. También es indispensable, para atacar el cáncer de la impunidad. La #SociedadHorizontal deberá estar atenta, exigir transparencia y una solución contundente respecto a la tesis de Yasmín Esquivel.
Sucesión en la SCJN
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