Luego de la impotencia ante el secuestro de la menor que fue asesinada, el pueblo de Taxco le dio su último adiós acompañado con gritos de justicia.
Por Luis Juárez
Ayer al filo de las tres de la tarde, partió el ataúd blanco con el cuerpo de Camila Gómez Ortega, de la funeraria Ángeles en la avenida Los Plateros, tras haber sido secuestrada y lamentablemente asesinada.
Este suceso causo demasiada indignación y frustración en el pueblo de Taxco, Guerrero. Esto causo conmoción entre los habitantes a tal punto que la tardía respuesta de las autoridades los orilló a ejercer justicia bajo su propia mano.
El recorrido de este cortejo fúnebre tuvo rumbo hacia el crucero conocido como La Garita, luego continúo por las calles empedradas que llevan al Zócalo de la ciudad. Quienes conformaban el recorrido iban vestidos de blanco mientras que niños y niñas contaban con globos del mismo color.
Habitantes de casas y negocios de Taxco, durante este recorrido salieron a decir adiós a Camila. Algunas personas aplaudieron, otros gritaban justicia por el crimen y, otros no pudieron evitar romper en llanto por la tragedia al ver pasar el ataúd de una niña que no tuvo un triste y trágico final.
El escenario por este crimen terminó en linchamiento de la mujer implicada en el secuestro de la menor, misma quien fue golpeada brutalmente por habitantes de la ciudad. Tirada semidesnuda en el pavimento, gente que presenciaba la golpiza gritaba en apoyo a continuar agrediéndola con el mensaje de “Las niñas no se tocan”.
En este linchamiento, la mujer que estaba implicada en el secuestro de la menor con el nombre de Ana Rosa “N”, perdió la vida, mientras otros dos hombres involucrados se encuentran con lesiones graves, pero, se encuentran estables.
