Un domingo lleno de emoción, pasión y victoria en el Maratón Lala

Danna Salazar
Danna Salazar 03/03/2024
Updated 2024/03/03 at 6:47 PM

Por Angel Castillo

Comarca Lagunera

Bajo la tenue luz del primer domingo de marzo, una tradición que se ha arraigado durante 35 años emerge en la Comarca Lagunera. A pesar de que las calles aún reposan en el silencio matutino y la mayoría de la población aún no ha despertado, una caravana de decenas de autobuses serpentea por las calles, transportando a miles de valientes provenientes de los 32 estados de la república, e incluso más allá de las fronteras. A estas horas tempranas, cuando el alba apenas se vislumbra en el horizonte, 5 mil almas intrépidas ya se encuentran de pie, listas para desafiar los límites del cuerpo y la mente, ansiosas por emprender la travesía que representa el Maratón Internacional Lala.

LA PIEL ERIZADA

En la calle ancha donde se da inicio a la carrera, la actividad es frenética. Los corredores, con el nerviosismo palpable, se apresuran hacia el baño, hacen paradas estratégicas en las tiendas locales, capturan las primeras imágenes del día y revisan meticulosamente cada detalle antes de sumergirse en un carril gigantesco que los conducirá hacia la salida del maratón. A tan solo 5 minutos del arranque, cuando las manecillas del reloj marcan las 6:30 de la mañana, las notas del himno nacional mexicano, compuestas por Francisco González Bocanegra y Jaime Nunó, llenan el ambiente. Todos los presentes, con la piel erizada y el corazón latiendo más rápido de lo normal, entonan con fervor el himno que simboliza la identidad y la unidad de México. Así, con la resonancia del himno aún en el aire, comienza la cuenta regresiva. Al llegar al cero, un impresionante coro de 10 mil piernas se pone en marcha, moviéndose en una coreografía rítmica, algunas más rápidas que otras, pero todas en armonía, creando una sinfonía única que marca el inicio de una jornada llena de desafíos y triunfos.

FIESTA EN MOVIMIENTOA medida que el sol comienza a asomarse en el horizonte, iluminando el puente que divide las tierras de Durango y Coahuila, los primeros corredores atraviesan el emblemático kilómetro 16. Este punto, cargado de simbolismo, se convierte en un escenario fundamental donde los participantes absorben la auténtica esencia del Maratón Lala. La atmósfera se transforma en una fiesta en movimiento, con banderas ondeando, gritos de aliento resonando y el palpitar de corazones en sintonía con la cadencia de los pasos que resuenan en el puente.

EL ENCUENTRO

En los kilómetros subsiguientes, al incorporarse al bulevar Independencia para enfrentar la segunda mitad del maratón, los corredores son acompañados por un clima agradable que brinda alivio y energía. La fiesta se traslada al bosque Venustiano Carranza, un lugar especial donde algunos corredores apenas inician los últimos 10 kilómetros, mientras que otros se encuentran completando los últimos dos alrededor de este pulmón verde. La diversidad de experiencias se entrelaza en un mosaico de emociones y esfuerzos compartidos.

EL ULTIMO KILOMETRO

El último kilómetro, sin lugar a dudas, es un trayecto lleno de emociones intensas. Los corredores, ya sea caminando con determinación, corriendo con agilidad o trotando con resistencia, cruzan la línea de meta con la satisfacción de haber desafiado no solo las distancias físicas, sino también los límites de su mente. Este difícil y gratificante enfrentamiento llamado Maratón se convierte en un capítulo más en la historia personal de cada participante, una historia de superación, perseverancia y logros que se suma a la rica tradición del Maratón Internacional Lala.

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