Por Martha Casas
Durango, Dgo.
Desde hace 25 años, Isaac Sánchez Valverde, luego de un accidente se encuentra en silla de ruedas, sin embargo, muchas actividades le fueron frenadas por las barreras que existen, no solo en infraestructura urbana, sino también por los limitados espacios de inclusión que existen en la ciudad.
“La ciudad está pésima, es casi imposible moverse por la ciudad”, exclamó al señalar que diariamente se enfrenta a escalones, a la ausencia de rampas que permitan a su camino y encima de ello existen muy malas condiciones en las banquetas, si vas a lugares donde hay adoquines se encuentran en mal estado, las calles tienen baches y esto impide que alguien pueda circular en una silla de ruedas por el centro de la ciudad o por muchas partes de Durango.
“Yo tengo 25 años desde que tuve un accidente y desde entonces no he visto nada de mejoría y son innumerables las dificultades con las que me enfrento cada día”, externó.
Sin embargo, dijo que esto también es cultura de muchos porque por mencionar solo una dificultad, por ejemplo, “para salir a tomar un café, sí vamos a tomar un café, pero a veces el baño del lugar no está adaptado para personas con discapacidad y terminamos retirándonos del lugar y yendo a otro donde sí haya accesibilidad”.
Isaac conduce un vehículo automotor, desde luego adaptado para ser maniobrado con las manos, lo que le costó un esfuerzo extra y sin embargo, lo hizo, pero muchas veces, al llegar a su destino se encuentra con que el cajón que está destinado para vehículos de personas discapacitadas, se encuentra ocupado por un vehículo normal, aparte de que hay muy pocos cajones especiales.