La comunidad potosina de San Bartolo en el llano del municipio de Rioverde, llora la muerte de su hijo pródigo, el piloto Francisco Hernández Pecina, fallecido el domingo 18 de julio tras un accidente aéreo en el aeropuerto de la ciudad de Durango.
El rioverdense piloteaba una aeronave que había partido de San Luis Potosí esa misma mañana. A Francisco le sobreviven sus hermanas, primos, sobrinos y amigos, quienes compartieron en redes sociales lo siguiente: “Ver el avión, aquellas vueltas que usted daba alrededor del rancho eran momentos de una gran algarabía, dejando así en muchos de nosotros recuerdos de una alegría fugaz pero duradera”.
El piloto de 62 años tuvo una niñez humilde y a pesar de las carencias pudo salir adelante, sacar su carrera como piloto aviador y dedicándose la mayor parte de su vida a pilotear aeronaves privadas.
En la comunidad lo recuerdan porque cada año regresaba a visitar a sus familiares y en ocasiones se daba tiempo de sobrevolar en alguna nave e invitar a los niños a subirse. Hasta el momento aún no se conoce donde descansarán los restos del capitán Panchito como le decían de cariño.
San Bartolo era una de las comunidades más conocidas de Rioverde hasta la década de los noventas, porque era la única estación en este territorio de la vía férrea San Luis-Tampico.