Por Gonzalo Martínez
El gobierno de Estados Unidos anunció este lunes nuevas medidas para fortalecer las restricciones al asilo en la frontera con México, a poco más de un mes de las elecciones entre la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris y el expresidente y aspirante republicano, Donald Trump.
Los cambios dificultarán aún más el levantamiento del veto al asilo vigente y se presentan en el contexto de una campaña electoral donde la gestión de la migración se ha vuelto un tema central del debate.
En junio pasado, el gobierno implementó una norma que prohíbe a las personas que crucen de manera irregular solicitar asilo en Estados Unidos, lo que ha resultado en la reducción de las detenciones de migrantes a su nivel más bajo en cuatro años.
Esta decisión fue criticada duramente por organizaciones de derechos humanos, que presentaron una demanda contra el gobierno, acusándolo de violar las leyes de asilo en Estados Unidos y advirtiendo que la prohibición pone en riesgo a quienes requieren protección.
Las medidas anunciadas este lunes modifican la norma de junio de dos maneras: aumentan los requisitos para levantar la prohibición al asilo e incluyen a los menores no acompañados en las estadísticas de cruces irregulares, según informaron funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional durante una llamada con reporteros.
La norma original establecía que, para levantar las restricciones, el promedio de cruces irregulares debía bajar a mil 500 al día durante siete días consecutivos.
Aumento en las expulsiones de migrantes
Con los cambios anunciados este lunes, que entrarán en vigor a partir del martes, el número de arrestos deberá mantenerse por debajo de mil 500 durante 28 días consecutivos.
Con esto, el gobierno espera “reforzar la seguridad en la frontera y disuadir la migración irregular”, declaró el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, en un comunicado.
Desde la implementación de las restricciones al asilo, las expulsiones de migrantes en la frontera han aumentado: ahora, las autoridades deportan al 70 por ciento de todos los adultos y familias detenidos, según indicó un funcionario del DHS en la llamada.
“Entre el 5 de junio y el 31 de agosto, hemos casi triplicado el porcentaje de personas expulsadas tras ser arrestadas por la Patrulla Fronteriza”, añadió.
Con las cifras actuales, que muestran un promedio de mil 800 cruces diarios y las tendencias de movilidad en la región, es “difícil de imaginar” que se levanten las restricciones en el futuro cercano, según Adam Isaacson, experto en política migratoria de la organización WOLA.
“Los números en la frontera siguen bajos, pero no están disminuyendo más”, afirmó.
La decisión del gobierno demócrata de modificar las restricciones se interpreta como un intento “desesperado” por “limitar el asilo, más que un esfuerzo por controlar la frontera”, según Yael Schacher, directora para América de la organización Refugees International.
El hecho de incluir a los menores de edad en el conteo de cruces irregulares, argumentó la experta, muestra que buscan “inflar la cifra de detenciones” para restringir la entrada de migrantes y solicitantes de asilo.
La organización ACLU, que presentó la demanda contra el gobierno junto a otras ONG, comparte esta interpretación: incluir a los menores en la cifra de cruces “aumenta enormemente la probabilidad de que los números superen el umbral” y que el acceso al asilo “permanezca suspendido”.
Derecho a solicitar asilo
El Partido Demócrata, que intenta mantener el poder con la candidatura de Harris, ha endurecido su postura respecto a la migración en los últimos años, pasando de defender el sistema de asilo en Estados Unidos a restringirlo.
La ley establece que un migrante tiene derecho a solicitar asilo, independientemente de cómo haya ingresado al país.
La política migratoria del gobierno de Joe Biden y Harris es objeto de críticas frecuentes por parte de Trump y los republicanos, quienes han intensificado su retórica xenófoba, acusando a los demócratas de crear una “crisis” en la frontera.
Cientos de miles de personas han llegado a la frontera sur de Estados Unidos este año en busca de mejores oportunidades y huyendo de graves crisis sociales y políticas en países como Venezuela, Nicaragua o Haití.
En toda América, se registran cifras elevadas de movimiento de personas, con más de 21 millones de desplazados, según datos de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
